Los salones de juegos, como casas de apuestas, bingos y casinos, escapan a las últimas restricciones horarias impuestas por la Conselleria de Sanidad al sector de la hostelería, obligado a cerrar por el aumento de contagios de coronavirus a las cinco de la tarde. Los establecimientos de juego pueden permanecer abiertos hasta la hora del toque de queda, a las diez de la noche, aunque todos los consultados por este diario aseguran que se dejan de servir bebidas a la misma hora que los bares. La Plataforma contra las Apuestas de la provincia de Alicante alerta del riesgo de contagio en estos salones al ser espacios cerrados, pero la patronal del sector del juego afirma que, como ocurre en general con el ocio y la hostelería, no está demostrado. Por contra, el Consejo Empresarial del Juego alerta de pérdidas de ingresos que se aproximan al 60% a causa de la pandemia: se estima que el sector movió hasta en 2020 a nivel nacional unos 4.300 millones de euros entre presencial y online, frente a los 10.226 millones del año 2019, con una importante caída en el número de empleados.

La última resolución de la Conselleria de Sanidad que adelantó el cierre de la hostelería a las 17 horas se ciñe a bares y restaurantes, y no asimila la medida a los salones de juegos, bingos y casinos, donde se puede apostar y jugar hasta las diez de la noche. El sector del juego tampoco figuraba el pasado verano entre los negocios que tuvieron prohibido abrir por orden gubernamental, como pubs y discotecas, o con restricciones horarias, como la hostelería: se podía permanecer en ellos hasta la madrugada.

En la Comunidad había en 2019 20.093 máquinas tragaperras en bares que en 2020 se quedaron en 18.747 por el covid. Las gestionan 467 operadoras con 670 empleados

La Plataforma contra las Apuestas considera un «despropósito» que lugares cerrados y completamente aislados del exterior como son los salones de juegos puedan permanecer abiertos tantas horas, lo que consideran que multiplica el riesgo de contagio. «Si ya suponían una amenaza para la salud mental de muchas personas, por su potencial adictivo, ahora suponen también una amenaza a la salud física», afirma uno de sus portavoces, Álvaro Castaños. «Si las medidas sanitarias obligan a que los lugares de ocio cierren a las cinco de la tarde, no tiene ningún sentido mantener abiertas las casas de apuestas. Es totalmente incomprensible, cuando son un espacio completamente cerrado, porque ni siquiera tienen terrazas como los bares y restaurantes. Sin olvidar que están totalmente aislados del exterior y es más difícil comprobar que se respetan las medidas de seguridad porque desde fuera no se ve lo que pasa dentro. La gente con problemas de adicción al juego puede pasar la tarde entera en estos locales con lo que eso supone de riesgo para la salud».

El colectivo insiste en que la emergencia social derivada de la crisis sanitaria puede provocar que «más gente desesperada vea una salida ficticia a su situación en estos salones, una conducta peligrosa en un contexto social al que la población puede verse abocada». La plataforma interpreta la laxitud de las medidas de Sanidad con este tipo de locales en un intento de compensar el descontento de la patronal por la Ley del Juego de la Comunidad Valenciana.

Han caído un 43% en un año puesto que la recaudación de los bares antes de que estallara la crisis sanitaria por las tragaperras eran de 152 millones

Para prevenir contagios, reclaman que se mantenga la distancia de seguridad y el uso de mascarillas «porque pueden estar bebiendo y comiendo mientras juegan y eso aumenta el peligro de contagio; y que se respeten las medidas de higiene y desinfección» de los botones de las máquinas que tocan tantas personas. Otro portavoz de la plataforma, Antonio Castaños, criticó «que se permita el tabaquismo, lo que repercute en la infección».

El Consejo Empresarial del Juego (Cejuego) destacó por su parte que las restricciones de aforo reducido al 30% en el interior de los establecimientos de hostelería también afecta a los salones de juego y que las pérdidas en los ingresos se acercarán al 60%. La patronal recuerda que las máquinas en hostelería representan el 24,6% del juego real, de ahí la importante afectación de las restricciones al sector al volumen de estos ingresos.

Consultada también la Asociación de Empresarios de Salones de Juego y Recreativos de la Comunidad Valenciana (Anesar) sobre la situación de estos establecimientos optaron por no realizar ningún tipo de valoración al respecto. En cambio, el director del Casino Mediterráneo de Alicante, Jesús Álamo, cifró en un 50% la pérdida de negocio por el covid y destacó que, aunque permanecen abiertos al juego hasta las 22 horas, solo sirven comida y bebida hasta las 17 horas. «Como toda empresa, esperamos que la vacuna llegue pronto porque está habiendo mucha destrucción», afirmó.

Los ingresos por las máquinas de bares caen un 43%

El juego en la Comunidad, en máquinas B en hostelería (las tragaperras), ha descendido de 377,5 millones de euros en 2019 a 181 millones, es decir, a la mitad, según la Confederación Empresarial del Juego (Cejuego). La patronal afirma que los ingresos de los bares por estás máquinas supusieron 152,6 millones en 2019, «lo que implica el equivalente a la retribución de 7.856 empleados en hostelería», cifra que en 2020 se redujo a 88 millones, un 43% menos. Cejuego recuerda que los bares pagan por el juego un 27,6% en impuestos a la Comunidad y al Estado, que este año caerán. «Lógicamente el descenso del juego en las máquinas acentúa la crisis de la hostelería y los empleos a sostener».