De todas las ferias a las que acudimos a promocionar el Fondillón de Alicante, es sin duda Vinoble en Jerez la que más repercusión tiene a nivel mundial. Desde hace diez años, los primeros días de junio, se celebra este certamen donde se reúnen los mejores vinos generosos de las zonas más afamadas, Jerez, Montilla-Moriles, Condado de Huelva, Oporto, Madeira, Canarias, Tokay, Marsala y Fondillón de Alicante. El evento tiene lugar en el recinto del Alcázar, una fortificación de época almohade rodeada de jardines y fuentes con suelos de albero y un edificio interior muy bien restaurado y acondicionado.

El compromiso de la ciudad de Jerez con el vino es impresionante, hasta tal punto que anexa a su Ayuntamiento hay una bodega municipal. Este año de 2018, MGWines organizó una cata de Fondillón en ese lugar tan emblemático y en compañía de mi compañero y afamado enólogo Raúl Pérez y bajo el patrocinio y liderazgo indiscutible de Luis Miñano, me dispuse a presentar fondillones muy antiguos de nuestras soleras de 1944, 1960, 1969 y 1975. El reto era tremendo, pues la sala estaba a rebosar de periodistas y sumilleres expertos venidos de todas partes de Europa, América y Australia. Además, en primera fila, estaban los Domecq, Alvear, Barbadillo, Hidalgo, González Byass y otros ilustres representantes de las bodegas mas antiguas y prestigiosas. Consciente de la dificultad y en un intento de ganarme al respetable, cité a Don Antonio Barbadillo, que fuera en los años setenta presidente del Consejo Regulador y que en una visita en 1976 a la Escuela de Enología de Madrid donde yo estudiaba, nos dijo impertérrito: «No se equivoquen ustedes, solo hay tres vinos en el mundo: el Jerez, el Xérès y el Sherry».

Superado el trance y tras una amable ovación, les hablé de la historia y calidad de nuestro vino Fondillón y tras la cata, les descubrí a este hermano maravilloso -pero no muy conocido- que Jerez tiene en Alicante.