Agentes medioambientales han localizado en la comarca una trampa para la captura ilegal de mamíferos ungulados, como jabalíes, arruís y muflones. La trampa se hallaba perfectamente camuflada en un pinar a pesar de sus tres metros de altura, ya que los infractores la habían pintado de color verde y en una zona poca vigilada, explicaron fuentes de la Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de la Comunidad Valencian (Apamcv).

Las dimensiones de la trampa eran de cinco metros de largo, 2,53 de ancho y 3,15 de altura, estaba anclada al suelo con cemento y había sido construida en el monte a base de piezas de hierro. Según las mismas fuentes, se sospecha que algunos socios del coto conocían su existencia desde hace años, pero no denunciaron los hechos.

El sistema empleado es una jaula metálica de forma rectangular con dos puertas, lo que permite a los animales entrar y salir sin recelos, gracias al enorme tamaño de los portones de 2,5 metros de anchura y 1,6 de altura.

Para montarla y dejarla activada, según fuentes de Apamcv, ha de participar un mínimo de tres personas, una en cada puerta y la tercera en el centro colocando el dispositivo de disparo en el punto exacto. Se trata de un sistema de dos tubos conectados a una plataforma que, al echar peso, baja y se dispara, momento en el que se sueltan los cables que sostienen las puertas y estas caen al suelo, convirtiendo el pasillo en una jaula trampa rectangular.

Gasolina como cebo

El cebo empleado era gasoil y maíz, lo que indica que estaba destinada a la captura de jabalíes, aunque en esa zona pueden haber capturado arruís y muflones.

Dadas las grandes dimensiones, fue necesaria la presencia de varias dotaciones de agentes medioambientales, que procedieron a su desmontaje y traslado con un camión con pluma hasta las dependencias oficiales.

Apamcv persigue este tipo de actuaciones ilegales que, además de ser contraria a la legislación de caza, producen contaminación por el gasoil que se vierte, dañando gravemente el suelo, que queda permanentemente en la zona.

Los agentes también identificaron a un cazador que estaba por la zona y posteriormente se notificó al coto. Los responsables, que aseguraron no tener conocimiento de la existencia de la jaula, colaboraron con los agentes medioambientales desmontando la jaula trampa y trasladándola a las dependencias de la Conselleria de Medio Ambiente, donde ha quedado decomisada.