Xixona y Villena plantarán batalla unidas contra el caos de las basuras de la Generalitat. Sus alcaldes acordaron ayer que compartirán estrategias judiciales y reclamarán una serie de medidas que contempla el Plan Integral de Residuos de la Comunidad Valenciana y que hasta ahora no se han cumplido.

El objetivo es frenar el envío masivo de basuras desde la Vega Baja, mejorar el control y gestión de las plantas de basuras, y evitar que sus vertederos rebasen su capacidad y se colapsen en cuatro años, ya que al asumir residuos de otras zonas la vida útil de las instalaciones se ha reducido drásticamente.

Ambos ayuntamientos van a impugnar la decisión de sus consorcios de basuras de autorizar el envío de residuos de la Vega Baja. Aunque son recursos que deben plantear individualmente, sus gabinetes jurídicos compartirán información y estrategia en muchos aspectos, unificando criterios. Tienen aún un mes de plazo para presentar las impugnaciones, en las que llevan trabajando desde mediados de septiembre.

Además, exigirán que se lleven a cabo compensaciones que contempla la normativa y que hasta ahora no se han cumplido, como es disponer de 30.000 euros anuales para contratar a un técnico en medio ambiente que podrían compartir ambos municipios para controlar el funcionamiento de las plantas y las molestias y quejas que generan.

Ferran Verdú (PSOE), primer edil de Xixona y su homólogo villenero, Javier Esquembre (Los Verdes), mantuvieron ayer una reunión en el Ayuntamiento turronero a la que también asistieron sus ediles de Medio Ambiente y el portavoz socialista de Villena. Tras hora y media de encuentro, el primer edil xixonenc explicó que «esta reunión se ha debido a que tenemos muchos problemas relacionados con las plantas y vamos a aunar esfuerzos e información para tratar de resolverlos.

Ni la de Villena ni la de Xixona tienen aprobado el plan de gestión al que obliga la Ley, pese a que por ejemplo en nuestro caso el vertedero lleva más de una década funcionando. Vamos a estudiar distintos caminos posibles para que los consorcios de basuras, ambos presididos por la titular de la Diputación, Luisa Pastor, adjudiquen los planes».

El plan de gestión, obligatorio por Ley, establece cómo hay que tratar la basura y cómo funciona el complejo, mejorando su gestión y eficiencia y permitiendo cifrar el coste del tratamiento de los residuos. Por otra parte, ambos municipios recuerdan que también por Ley los consorcios deben compensar a las localidades con recursos como un técnico especializado para controlar los residuos y las quejas que generan, y por ello van a pedir que los consorcios sufraguen la contratación de un trabajador que compartirían ambos municipios.

Asimismo, compartirán información para la presentación de los citados recursos contra el envío de basuras de la Vega Baja, que empezarán a llegar en diciembre y que en dos años dejarán en Xixona 140.000 toneladas y en Villena 120.000, por el tremendo retraso que arrastra la construcción del vertedero de esa comarca, salpicado además por el caso Brugal.

Al límite

La situación en ambos vertederos es muy preocupante tanto porque su vida útil se ha recortado drásticamente por la llegada de basuras foráneas, como porque esa saturación dispara las molestias por malos olores. En el caso de Xixona, la planta debía funcionar hasta 2033 pero al ritmo actual en 2017 no cabrán más residuos y tendrá que cerrar o ampliarse. Este año está al límite de su capacidad 173.000 tn anuales tras haber recibido 60.000 toneladas del Baix Vinalopó. Y en Villena, según explicó Esquembre, la situación es similar, ya que en cuatro años quedará colapsada pese a que debía funcionar hasta 2027.

Para cuando ambas plantas queden colmatadas, el Consell prevé tener ya en marcha una incineradora en la provincia, cuya ubicación aún se desconoce y que nadie quiere, visto el caos y los problemas que generan las basuras. Ambos ediles advierten de su oposición a albergar esta instalación, ya que sus vecinos han sufrido durante años las graves molestias de los residuos, y consideran además que no es la solución al no mejorarse la selección en origen y haber otras opciones.