Una obra de ingeniería romana que aún perdura en Montnegre. El Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) está sacando a la luz la Acequia de los Enamorados, un acueducto tallado en la roca por los romanos desde Tibi hasta el campo de Alicante, que posiblemente abastecía la capital hace 2.000 años, y que constituye una de las primeras infraestructuras hídricas de las que se tienen constancia en la provincia.

Los trabajos de esta campaña del MARQ constituyen las primeras excavaciones sobre este canal, que busca revelar varias incógnitas y que se espera que tengan continuidad en próximos años. Durante esta semana se ha estado trabajando en cuatro sondeos en Montnegre de Dalt y Montnegre d'Enmig, y la próxima semana culminarán las excavaciones con visitas a una balsa romana y a la zona del Assut de Mutxamel, según explicó la arqueóloga responsable de la campaña, Anna Garcia Barrachina.

El resto del mes se dedicará a realizar prospecciones en Montnegre, a caballo entre los términos de Xixona, Alicante y Mutxamel. para tratar de identificar nuevos tramos para en futuras campañas seguir excavando y sacando a la luz esta infraestructura romana.

Los resultados hasta ahora son prometedores, ya que se han encontrado restos en mejor estado de lo esperado. No sólo se han descubierto partes del canal tallados en la propia roca, sino que tras retirar la tierra y vegetación acumuladas durante siglos, la acequia aún conserva zonas con la base original que colocaron los romanos, la moldura en forma de media caña por la que corría el agua desde la zona de la fuente de La Alcornia, ubicada por el paraje donde 1.500 años después se levantó el pantano de Tibi, hasta la vega de Alicante. También se ha excavado un tramo subterráneo, una galería de 1,9 metros de altura abierta en la roca, con ocho metros de longitud, por donde circulaba el valioso elemento, sinónimo de vida.

Precisamente hasta ahora los pocos restos de la Acequia de los Enamorados claramente visibles se ubicaban en la base de la presa de Tibi, la más antigua en funcionamiento de Europa. Allí se puede ver un canal esculpido en la roca con varias galerías que atraviesan la montaña. Y ahora por primera vez se realizan excavaciones para sacar a la luz otros tramos entre Montnegre de Dalt y Montnegre d'Enmig.

Además, los sondeos han revelado que está infraestructura fue muy importante, ya que fue usada de forma intensiva en la época romana y fue una obra de ingeniería compleja realizada con éxito. Y es que los trabajos han evidenciado un trazado complejo por la abrupta orografía de Montnegre, salvando barrancos y con la pendiente necesaria para su correcto funcionamiento. Y la acequia contaba con un destacado mantenimiento, ya que se han detectado reparaciones y modificaciones en la misma época romana de su trazado, que demuestran que fue profusamente empleada.

Entre los objetivos de la excavación está el determinar con mayor exactitud cuándo se construyó el acueducto -se sitúa en la época altoimperial (siglos I-II d.C)- , saber si varias balsas romanas que hay en la zona formaban parte de esta infraestructura, e intentar esclarecer incógnitas como hasta dónde llegaba la acequia, ya que se sospecha que abastecía a lo que después de convirtió en la huerta de Alicante con la construcción del pantano, o si era para riego, abastecimiento humano o las dos cosas. Pero el crecimiento urbanístico de la capital hace muy difícil establecer dónde desembocaba.

Precedente del Pantano de Tibi

Una de las primeras noticias sobre una obra hidráulica en la provincia es precisamente esta acequia, gracias al eclesiástico y escritor Gaspar Escolano, que en 1610 dice que, refiriéndose al pantano, «ya los romanos parece que atinaron en parte el conducto desta agua, tan necesaria para el riego de la vega de Alicante por esta misma canal: porque en ella a un lado, a la mano derecha, se halla por dentro de la peña viva abierta y minada una larga acequia que los vecinos de por allí llaman de los enamorados y debió de durar hasta el tiempo de moros». Dos mil años después de ser esculpido en la montaña, un equipo de arqueólogos del MARQ está rescatando del olvido los restos del acueducto, precursor de lo que 15 siglos después sería la fértil huerta de Alicante.