En menos de una década en San Vicente del Raspeig se construyeron tres aparcamientos subterráneos públicos. En la época de bonanza la ciudades crecían a ritmo vertiginoso, iba resultando difícil aparcar los centros urbanos y las administraciones optaron por habilitar plazas de aparcamiento de pago, con inversiones millonarias de los propios consistorios y de la Generalitat.

Pero después de construirlos ha resultado que muchos de ellos permanecen infrautilizados porque al fin y al cabo sí hay algunas plazas en el entorno para estacionar y los vecinos son reticentes ha pagar, una tendencia que obviamente se ha acentuado con la crisis. Actualmente en la provincia son ya alrededor de una decena los parkings que están casi vacíos o cerrados. En algunos casos, además su construcción generó polémica porque se construyeron suprimiendo plazas de aparcamiento gratuito en superficie.

En el caso de San Vicente el último -en el parque José Ramón García Antón- no se ha llegado a inaugurar y los otros, que explota Enrique Ortiz, apenas tienen uso, de ahí que el empresario haya decidido devolver al Ayuntamiento su concesión y le reclame, a cambio, el coste de su construcción, que superó los cuatro millones de euros. . Al explicar la situación de este parking, el concejal de Hacienda, Manuel Marco, recordaba que el de San Vicente no es una excepción sino que «los concesionarios están renunciando a la gestión en muchos casos como El Campello o Villena».

El edil recordaba que «la concesión de obra pública permitió las Administraciones construir sin incurrir en un gasto», pero indicaba que ante la situación económica actual «están en retroceso, al menos en las ciudades medianas».

Mientras en Alicante capital la afluencia de vehículos es tal que los aparcamientos subterráneos se llenan en general sin problemas, en otras poblaciones con menos habitantes se repite la imagen de estacionamientos flamantes y prácticamente vacíos porque no se produce la suficiente rotación.

En San Vicente, Ortiz planteó en principio su renuncia a los dos parkings que gestiona, el del Mercado municipal y el del propio Ayuntamiento, aunque después optó por conservar el primero. En el escrito por el que devolvía el segundo explicaba que la ocupación de las plazas de rotación fue en 2009 de sólo el 2%, en 2010 del 3%, en 2011 del 4% y el pasado año otra vez del 3%.

«Es decir, que durante la explotación concesional los gastos en los que incurre la empresa para mantener el parking en marcha son superiores a los ingresos obtenidos por Ortiz para la explotación de éste», apunta el propio contratista en el citado documento. En él recuerda que, además, «debe amortizar la deuda bancaria contraída para financiar la construcción del aparcamiento».

Algo parecido debió pensar Estacionaments Urbans d'El Campello, concesionaria del parking de Els Furs, abierto en 2008 esta localidad, que renunció a la contrata y reclamó al Ayuntamiento más de 12 millones por su construcción. También en Sant Joan Anara Urbana S.L. debía gestionar el aparcamiento que construyó en L'Ordana en 2011. Su apertura llegó a anunciarse, pero el Ayuntamiento aún no ha conseguido que la mercantil lo ponga en funcionamiento.

Otros casos son el parking de la Uxola en Alcoy, abierto por Grupo Generala en 2009 y que apenas se llena; o el que explota la asociación de Minusválidos Físicos en Santa Pola, igualmente infrautilizado pero más llamativo quizás es el del centro Teulada, donde incluso fracasó el intento de sacarlo en concesión, de fomra que las plazas se ofertan gratuitamente.Aunque más parecido a San Vicente es el caso de Xàbia, donde Ecisa renunció a los dos parkings que explotaba. El Ayuntamiento le abonó 13,2 millones por los dos garajes y rebajó los precios, como se pretende hacer en l' Alacantí, pero aún así siguen sin resultar rentables.