El Bec de l'Àguila de Mutxamel va camino de convertirse en el segundo paraje natural municipal de la comarca de l'Alacantí, después de Els Plantadets, en Xixona. Esta zona de peculiar riqueza ecológica, con plantas protegidas y restos de una antigua explotación minera, desde 2008 está catalogada como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). En 2016 el Ayuntamiento de Mutxamel inició los trámites para declarar el Bec de l'Àguila como paraje natural municipal. Y hace unos días, la Comisión de Evaluación Ambiental de la Conselleria de Medio Ambiente emitió un informe ambiental y territorial estratégico favorable en el procedimiento abierto hasta alcanzar el Decreto de declaración del Paraje Natural Municipal Bec de l'Àguila por considerar que «no tiene efectos significativos en el medio ambiente».

Dar visibilidad

Salvo algunas consideraciones que realiza la Conselleria, que se subsanarán en próximos informes, todo el largo proceso continúa adelante. En opinión de la concejal de Medio Ambiente de Mutxamel, Lara Llorca, «la declaración de paraje nos permitirá poner en valor el patrimonio natural municipal, dar visibilidad a todas potencialidades desde el punto de vista de su fauna, flora, ecosistema». Para la edil del PP «esta declaración será otro hito en la línea de recuperación y de puesta en valor medioambiental y de patrimonio de Mutxamel. Las minas de ocre quedarán con la misma protección que le aplica al paraje, y que ya estaba incluida en la zona de especial protección para las aves, la ZEPA río Monnegre».

Cuando llegue ese reconocimiento, el Ayuntamiento de Mutxamel tiene planificadas acciones para promover y difundir las cualidades del Bec de l'Àguila. Entre las más destacadas está ser lugar de conservación de las diversas especies de aves, donde destaca el «camachuelo tempranero». A nivel botánico, el barranco también es una microrreserva de flora por la existencia de la especie endémica Vela Lucentina.