El próximo lunes reabre sus puertas la Lonja de Pescado de la Cofradía de El Campello, tras 80 días de inactividad, por las restricciones del coronavirus. Durante este largo período que ha permanecido cerrada, desde el 12 de marzo, la entidad ha dejado de ingresar más de 6.000 €, en porcentajes de venta, según su secretario, José A. Soler. No obstante, las siete embarcaciones de su flota pesquera no han cesado de faenar, aunque su producto ha sido trasportado en furgonetas a la lonja de Santa Pola, única que ha continuado abierta.

Por tal motivo ninguna de las empresas armadoras ha realizado ERTE ninguno, a causa de la pandemia. Circunstancia opuesta a la Cofradía, que el pasado año conmemoró su centenario, puesto que dos de sus tres empleados se hallan en situación de desempleo.

Habrá accesos habilitados de entrada y salida, y será obligado usar el gel hidroalcohólico en manos, así como el uso de guantes. El público seguirá las flechas dibujadas en el suelo, que marcan el recorrido hasta el espacio de la subasta y el acceso a la zona de pago, donde se dispondrá de datafono para pago con tarjeta.

La subasta se desarrollará de lunes a viernes, ambos inclusive, a partir de las 18.15 horas de la tarde, cumpliendo con todas las normas exigidas por Sanidad y tanto los encargados en contacto con el público, como los que organizan y preparan las bandejas, usarán mascarillas y guantes y se contará con mamparas y separadores.

Dadas las características del inmueble y ajustándose a la excepcional normativa en vigor, tan sólo se permitirá el acceso a 20 personas, siempre que estén protegidas con mascarilla y guarden la distancia de seguridad; igualmente se han realizado señalizaciones indicativas en el suelo del edificio, para facilitar el tránsito. No obstante, desde la explanada exterior tendrán la posibilidad de asistir a la subasta y los interesados podrán adquirir los lotes de pescado, como si se tratase de cualquier centro comercial.

Puesto que la situación económica de Cofradía no permite la contratación de guardas de seguridad, la función controladora correrá a cargo de los empleados y los tripulantes de las embarcaciones de la entidad.

La lonja de El Campello entró en funcionamiento en septiembre de 1991, con la singularidad de la venta directa al público, que puede conseguir el producto recién pescado y a unos precios asequibles. Está modalidad se interrumpió en 1994, para reanudarse, definitivamente, en 1996 y, de este modo, convertirse en la única de estas características en todo el estado, según Soler Lafuente, quien realiza, así mismo, la tarea de subastador.