Una empresa sanvicentera ha patentado y comercializado unas mascarillas transparentes que permiten a las personas sordas comunicarse de forma segura, sin necesidad de quitarse la protección. El invento nace de las ganas de dar una respuesta a las personas con discapacidad auditiva y, a la vez, de la necesidad de reinventarse de su sector durante la pandemia. Isidro García, sanvicentero, y Juan Carlos Mira, ibense, son empresarios que trabajan en el polígono de Canastell y son conscientes de que han llenado un hueco que ahora mismo estaba vacío con «MasksEpi». Su amistad con personas sordomudas y comprobar que en el mercado no había nada para ellas les motivó a crear un tapabocas transparente. Pero no fue nada fácil hacer realidad su idea. Tardaron dos meses en encontrar el material adecuado. «Nos costó mucho porque la transparencia es difícil de conseguir», explica Isidro García. Finalmente y después de muchas pruebas lo lograban. Están fabricadas con caucho termoplástico hipoalergénico. Son ligeras, reutilizables y cuentan con 10 filtros desechables homologados que duran 24 horas. Y a pesar de su aspecto plástico advierten que su mascarilla «es más fresca que la de tela». Apuntan que las mascarillas «se inyectan en Ibi y en Ibi San vicente .
Están satisfechos de haber dado una solución de comunicación a las personas sordas. Y una de sus sorpresas ha sido comprobar otras utilidades de su mascarilla transparente, porque entre sus primero pedidos se encuentran logopedas y también maestros, para quienes es especialmente importante que su interlocutor vea la expresión facial. En sus apenas 20 días de actividad han servido ya a buena parte de España, entre ellos una partida a un colegio de Asturias; y les han comprado en Bélgica y el Reino Unido. Tienen prevista una reunión con la asociación de sordos de Madrid para enseñarles la idea que han desarrollado.
Los empresarios se están dando a conocer a través de las redes sociales y han acudido a presentarse al alcalde de San Vicente, Jesús Villar, quien junto a la edil de Fiestas, Asun Paría, ya ha probado su máscara. Fabrican una media de 220 al día y reconocen que su capacidad es mucho mayor. «Podemos hacer 8.000 diarias».
Por el momento van poco a poco pero con paso firme. Y ya han rubricado un acuerdo con una empresa de material especializado. El empresario sanvicentero reconoce que su objetivo es continuar a largo plazo y ya están trabajando en la elaboración de mascarillas transparentes para niños. También están perfeccionando las actuales y realizan nuevos prototipos.
«Lo hicimos por las personas sordas, pero hemos visto la utilidad que tiene para otros colectivos y somos conscientes de lo importante que es ver la expresión de las personas, sobre todo en aquellas que dan un servicio de cara al público», explica Isidro García.
