Una representación del profesorado y personal laboral del colegio Rafael Altamira de El Campello, junto a familiares directos, han tributado un emotivo y restringido homenaje a la secretaria, Mari Àngels Lucas i Pérez, con motivo de su jubilación, tras una década desempeñando el cargo y veintisiete años lectivos en el centro.

Al acto, celebrado el pasado viernes en el patio de un céntrico restaurante local, sólo asistieron una veintena de personas, bajo estrictas medidas de protocolo para cumplir con la normativa vigente por la pandemia de covid-19.

Mari Àngels se incorporó en 1993 al Altamira, un macrocentro con capacidad para 600 estudiantes, proyectado en 1973 como escuela comarcal (Busot, Aigües y El Campello), que también acogía alumnos provenientes de países extranjeros y amenazaba con convertirse en un colegio marginal. En 2010 accede a la secretaría, conformando un reputado triunvirato junto a la actual directora, Inmaculada Aracil, por entonces jefa de estudios, y Nandi Suárez, quien ocupó la dirección hasta su retirada a finales del pasado año.

A partir de aquellas fechas se dedicaron en cuerpo y alma, además de a la docencia, a luchar por mejorar tanto la habitabilidad y aspecto externo como el prestigio educativo y social, hasta conseguir su recuperación y convertirlo en un colegio de vanguardia, como demuestran los premios y reconocimientos recibidos desde la Generalitat y el Ministerio de Educación y Cultura del Estado Español. Idéntica ardua tarea se emprendió con el servicio de comedor, con capacidad para 350 comensales, del que era responsable la maestra agasajada.

La profesora Lucas i Pérez, también se ha significado en la normalización de la lengua y cultura vernáculas, no sólo a nivel interno, sino en las comunicaciones oficiales con organismos municipales y autonómicos, así como de liderar la participación del colegio en las Trobades d'escola en valencià.

La exdirectora Nandi Suárez le hizo entrega de un cuadro del pintor alicantino Salsosso, resaltando las virtudes intelectuales, profesionales y humanas de Mari Àngels, destacando su solidaridad, vitalidad y capacidad de trabajo enfocados hacia esa comunidad escolar que deja en contra de su deseo. La homenajeada, por su parte, sorprendida por el evento, agradeció las muestras de estima e instó al actual equipo rector a continuar la labor, dura e ingrata, pero agradecida, que ha significado la dignificación y modernización del mayor colegio del municipio.