La apertura de los apartamentos turísticos de Cala Lanuza se pospone al menos hasta diciembre. Y lo hace, entre otras cosas, por la exigencia del Ayuntamiento de El Campello de que la promotora amplíe la depuradora a la que va a verter sus aguas residuales hasta que la Generalitat conecte la red de saneamiento de la zona norte con la EDAR de Sant Joan. De esta forma el Consistorio ha impuesto su criterio, ya que en cambio la Generalitat consideraba que no era necesario pese a estar desbordada la depuradora y causar todos los años vertidos de fecales en la vecina Cala Baeza, donde la contaminación por esta situación ha llevado este verano a prohibir el baño.

El grupo inversor holandés Dormio, que compró en 2019 esta promoción inacabada que ha permanecido más de una década paralizada, tenía previsto abrir sus puertas a mediados de agosto, pero su apertura se ha pospuesto hasta al menos finales de diciembre. Y aunque desde la promotora explicaron a este medio que «la situación actual del covid-19 en España, entre otras cosas, (...) ha afectado mucho al sector turístico de Costa Blanca hasta el lamentable cierre de algunas hoteles». Y por ello están analizando el mejor momento para abrir y aun no tienen fecha fijada, sin llegar a responder a las preguntas sobre cómo se va a solucionar el tema del saneamiento.

Por su parte el edil de Infraestructuras, Playas y Medio Ambiente, Julio Oca (Cs), confirmó a este medio que el motivo de este aplazamiento al menos hasta diciembre es la necesidad de ampliar la depuradora, ya que sin esa condición Cs no iba a respaldar su apertura. Y explicó que la empresa «está con el proyecto de ampliación y conexión a la depuradora de Cala Baeza». Por su parte el alcalde Juanjo Berenguer (PP) recalcó que hasta que la promotora no cumpla con toda la normativa y disponga de los certificados y licencias de primera ocupación y actividad, no se autorizará su apertura.

Informe favorable

Tal y como ya informó este medio en julio, a pesar de su saturación, la Generalitat había emitido un informe favorable para que el Ayuntamiento permitiera su conexión al alcantarillado de la zona norte, una infraestructura obsoleta que se ve desbordada en verano por la llegada de miles de turistas. Pero el Ayuntamiento, que tiene la última palabra al ser de su titularidad la depuradora, insistía en que era necesario que la promotora ampliara la estación para que no provocará más vertidos.

La Entitat de Sanejament d'Aigües de la Generalitat (Epsar) reconocía en el informe la difícil situación de la zona norte, que aguarda desde hace décadas una solución definitiva que está ahora en fase de licitación por parte de la Conselleria, aunque no pondrá entrar en funcionamiento hasta 2022 por los plazos de ejecución. Pese a ello, daba luz verde a inyectar más aguas residuales a una infraestructura que no puede más y que causa cada año continuos vertidos de fecales en Cala Baeza, también conocida como Cala Mercé, donde desde 2014 se desaconseja el baño y que este verano ha sido clausurada por la alta contaminación que presenta por las aguas residuales.

Polémica promoción

Cala Baeza se encuentra al lado de Cala Lanuza, y allí se ubica la depuradora de su mismo nombre a la que irán a parar las fecales de este gran complejo turístico situado en primera línea de playa, en lo que fue una de las últimas zonas vírgenes del litoral, y que ha tardado 15 años en finalizarse. Comenzó a levantarse en 2005, pero estuvo paralizado entre 2008 y 2019 tras quebrar su promotora Enypesa en plena crisis inmobiliaria, hasta que el grupo inversor holandés Dormio lo compró en la subasta pública por la liquidación de la constructora, y reanudó los trabajos hace un año.

Ahora, la obra está terminada a falta de flecos. Y uno de ellos es la conexión a la red de saneamiento.