Nuevo retraso en la apertura de la piscina cubierta de El Campello. Pese a que el pasado junio se reactivó el proceso para abrir un complejo aún sin estrenar pese a estar terminado desde 2017, el siguiente paso se va a aplazar hasta al menos principios de año.

El periodo de exposición pública del Proyecto de Explotación y el Reglamento Interno acabó la pasada semana. Ahora se tienen que estudiar las alegaciones presentadas, entre las que figuran las de EU, y volver a pasar por pleno previsiblemente en octubre.

Pero el proceso se va a detener ahí. Pese a que en un principio estaba previsto llevar al pleno de finales de octubre el inicio del segundo concurso para licitar la gestión de las instalaciones, para que las empresas interesadas realizaran sus propuestas, el equipo de gobierno ha optado por aplazarlo por una cuestión de «prudencia y oportunidad», según explicó ayer el alcalde Juanjo Berenguer (PP).

Y es que la situación económica y sanitaria hacen que el Ayuntamiento vaya con pies de plomo con un proyecto que ha costado cinco millones de euros y que representa todos los meses el abono de 5.000 euros en mantenimiento, pese a estar cerrado.

El primer edil recuerda que se han clausurado instalaciones deportivas y reducido aforos por la pandemia, por lo que «no tiene sentido» sacar ahora a concurso la explotación, ya que «tenemos la obligación de arrancar el proyecto en otras condiciones», cuando la situación sanitaria y económica mejore. Y es que el concurso ya quedó desierto el pasado año, aunque en este caso no por falta de ofertas -hubo cuatro- sino por deficiencias en ellas, siendo el Tribunal de Recursos Contractuales el que dictaminó que no había ninguna oferta que cumpliera con los requisitos del pliego.

Berenguer destacó ayer que la decisión la han tomado «considerando la salud de las personas» y que se trata de «una situación sobrevenida», que les lleva a esperar a que la coyuntura mejore. Eso sí, cuando la crisis haya pasado, desde el consistorio se afirma que lo tendrá todo listo para iniciar el concurso de adjudicación.

El pleno aprobó en junio el Proyecto de Explotación y el Reglamento Interno del complejo deportivo, paso previo necesario antes de iniciar el concurso de adjudicación de la gestión. El Proyecto de Explotación salió adelante con los votos favorables del equipo de gobierno formado por PP, Cs y Vox, las abstenciones del PSOE, Compromís y Red, y el posicionamiento en contra de EU y Podemos. Entonces la oposición reclamó buscar otras alternativas de gestión, ya fuera de forma directa o con otras fórmulas, para poder abrir la instalación cuanto antes, después de que el anterior concurso fuera declarado desierto en mayo de 2019 por el Tribunal de Recursos Contractuales a instancias de dos empresas que fueron excluidas, tumbando también la propuesta de Arena Alicante, que había sido elegida como ganadora por el Ayuntamiento.

Y es que las dudas sobre esta nueva licitación se centran en las incógnitas sobre si alguna empresa se embarcará en este proyecto dada la actual crisis generada por el covid-19 y sus consecuencias sanitarias y económicas, cuyo efecto denuncia la oposición no ha quedado reflejado en el plan de gestión.

Este aplazamiento ahora parece que va en la línea de que en las actuales circunstancias es muy complicado que una empresa pueda hacerse cargo de la explotación de la piscina, con las limitaciones que lleva aparejada la pandemia.