La concejala de Cultura del Ayuntamiento de San vicente del Raspeig, Raquel Rodríguez, defiende el proceso que se abrió para designar a una persona para cubrir temporalmente un puesto C1 en la biblioteca. «En ningún caso la concejalía formalizó una contratación a dedo. Ni siquiera el proceso que inicié y que yo misma paré tras constatar que podría ser controvertido, que no ilegal, se refería a una contratación».

La concejala explica que ante la falta de personal en la biblioteca propuso a uno de los auxiliares adscritos «para una nueva atribución de funciones hasta la provisión definitiva de la plaza por promoción interna. No hay contratación sino una propuesta de productividad por atribución de nuevas funciones» y que finalmente no se ha materializado al parar a mitad de septiembre el proceso la propia edil ante la polémica generada.

En un comunicado advierten que «ante la falta de personal técnico en el área de Cultura, es la concejala quien decidió personalmente iniciar un procedimiento para resolver cuanto antes las necesidades urgentes del servicio de la biblioteca pública», Y aclaran que «en vez de atribuir directamente las funciones a una persona y abonarle una productividad, como suele hacerse en otros departamentos municipales, la regidora optó por dar participación a todo el personal de la Biblioteca, para que todos tuvieran las mismas oportunidades».