Los vecinos han ganado la guerra después de innumerables batallas contra el ruido. El Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig ha decretado finalmente el cierre del bar de la calle Cura Francisco Maestre que desde septiembre de 2019 tenía en vilo a una comunidad de propietarios. Los continuos ruidos del local y el alboroto que posteriormente se generaba en las afueras del establecimiento estaban desquiciando a los residentes. Especialmente los de los pisos más próximos. De hecho, una vecina presentaba cuatro partes médicos advirtiendo de un estado de ansiedad e insomnio que le estaba afectando a su vida normal.

Ante la creciente desesperación, los residentes llegaron a recurrir al Defensor del Pueblo nacional al que pedían amparo.

El alcalde y concejal de Urbanismo, Jesús Villar, confirmó este viernes que el local cuenta con decreto de cierre del que se dará cuenta en la próxima junta de gobierno local. Para ello han sido necesarias inspecciones, mediciones del ruido del local y constatación de que se incumplen las medidas de insonorización adecuadas.

Recientemente la Policía Local levantaba acta y denuncia por tener la música puesta una vez que ya tenía un primer decreto de cese de ruidos. El local contaba con un informe técnico que constataba el incumplimiento de las exigencias técnicas para desarrollar actividad como la insonorización.

Además de en el interior, los vecinos tenían que soportar los corrillos y el escándalo que se generaba en la calle a las puertas del local, que generaba conflictos verbales entre algunos residentes y los usuarios.