El huerto solar de Xixona no para de crecer. La planta fotovoltaica CSF Turroneros entrará en funcionamiento a finales de año, tiene avanzada la tramitación de una segunda fase y acaba de presentar una tercera que duplicaría la capacidad de las dos primeras juntas, hasta alcanzar 100 MW de potencia instalada. En conjunto la instalación xixonenca generará energía limpia para abastecer el equivalente a 50.000 viviendas.

La multinacional X-Elio proyecta otra instalación solar con una potencia de 50 MW a unos 15 kilómetros al noreste de la planta que ya está terminada. Los terrenos, unas 100 hectáreas repartidas en tres parcelas, se sitúa en casi su totalidad en término municipal de Xixona, aunque también afecta a suelo de La Torre de les Maçanes y Busot. Y la empresa ya ha presentado la documentación ante la Generalitat.

Por el momento su denominación oficial es «CSF Campello» pese a no afectar a terrenos del municipio costero -este nombre se debe a cambios durante el desarrollo del proyecto que no han sido concretados-. Y para evitar confusiones se tramita su modificación por el nombre de CSF Turroneros III, al igual que las otras dos fases de Xixona.

Desde la multinacional explicaron a este medio que la inversión prevista ronda los 35 millones en esta tercera fase, con la que se daría en un principio cerrada su expansión en la provincia. Así, su inversión total ascenderá a 90 millones.

Con esta nueva actuación de 49,969 MW se duplicará la potencia instalada de las dos primeras fases juntas, y se espera que pueda estar operativa en 2022, teniendo en cuenta además que el decreto de la Generalitat de este verano permite agilizar los complicados trámites para este tipo de plantas y ya no requiere una Declaración de Interés Comunitario (DIC).

La primera fase, ya terminada y a la espera de que Iberdrola finalice la ampliación de la subestación de Xixona para poder inyectar la energía limpia a la red general, cuenta con una potencia de 34,818 MW. Sus obras arrancaron en noviembre de 2019 y el pasado junio ya estaban prácticamente terminadas, con 99.480 módulos fotovoltaicos de silicio de 350 Wp cada uno, sobre una superficie de 66 hectáreas en torno a la carretera CV-774 que une Xixona con Busot.

Y la segunda fase, que sí que requiere DIC al haberse presentado antes del decreto, cuenta con una potencia de 15,178 MW. Incluye otros 37.464 paneles solares de 405 Wp cada uno, en la misma zona aunque más hacia el norte, sobre 48 hectáreas repartidas en cuatro parcelas, dos de las cuales se ubican en las faldas de la sierra Almaens. En total las dos sumarán 135.994 módulos de silicio sobre 114 hectáreas, el equivalente a 157 campos de fútbol. Y a ello habrá que añadir la tercera fase que se desarrollará sobre 100 hectáreas más, aunque desde la empresa no concretaron los detalles de la instalación.

La alcaldesa Isabel López (PSOE), en declaraciones a este medio, valoró positivamente esta tercera fase: «Es una buena noticia que Xixona siga recibiendo inversión y proyectos de esta envergadura de energías renovables. Seguimos apoyando a las empresas y la creación de empleo. Es una gran oportunidad que convierte a Xixona en referente en energía solar».

Impacto ambiental

En cuanto a su ubicación, esta tercera fase se levantaría en la zona del Albarral, en la carretera de Abió hacia La Torre. Aunque su emplazamiento exacto no ha sido concretado, esta zona podría representar un mayor impacto ambiental y paisajístico, al tratarse de terrenos al norte del término de Xixona en su linde con La Torre, en comparación con los terrenos donde se desarrolla Turroneros I y II, al sur del municipio. A este respecto, la primera edil señaló a este medio que se trata de suelo rústico y recordó que el proyecto tendrá evidentemente que cumplir con la declaración de impacto ambiental y tomar medidas al respecto, como soterrar líneas eléctricas.