La ruinosa residencia Tiempo Libre de Sant Joan ha pasado en apenas un lustro de posible sede de la Universidad Católica a grada para ver el fútbol en tiempos de pandemia. Aficionados al fútbol se cuelan los fines de semana en esta peligrosa instalación en avanzado estado de deterioro y cuya demolición está prevista para principios de 2021. Y lo hacen para poder ver desde su azotea los partidos del Intercity. La Policía Local y la Guardia Civil han desalojado en varias ocasiones a estas personas, que acceden a una propiedad pública que esta vallada y cerrada por el peligro de hundimientos y desprendimientos que presenta. Pero cada día que hay partido, regresan a su particular «tribuna».

El alcalde, Jaime Albero, recordó este jueves que el complejo es propiedad de la Generalitat y que permanece vallado, y que allí no se puede acceder, destacando que el mal estado que presenta puede llevar a que se produzca alguna desgracia si alguien entra en su interior. Señaló que dependiendo de la carga de trabajo, Guardia Civil y Policía Local han desalojado en varias ocasiones a los aficionados de este lugar. Y es que al estar prohibido el acceso al campo para asistir a los partidos por el protocolo frente al covid-19, estos aficionados han encontrado un lugar privilegiado para disfrutar de los encuentros... aunque para ello se acceda de forma ilegal a una propiedad pública donde es un peligro adentrarse por su mal estado. Este uso como «palcos» se produce desde hace años, pero el avance del deterioro del inmueble y la prohibición de acceder al campo han agravado esta práctica y su peligro.

Precisamente la Generalitat licitó el pasado octubre el proyecto para demoler la instalación a la empresa Becsa por un importe de 382.059 euros, para así acabar con el problema de seguridad y salubridad que supone su ruinoso estado, y desbloquear la zona para desarrollar en esta privilegiada zona algún tipo de infraestructura pública. Las obras está previsto que arranquen a principios de 2021. Actualmente se está redactado el proyecto básico y los trabajos durarán de seis meses.

El proyecto contempla también labores de limpieza y desbroce, vaciado, y vallado. Se derribarán todos los edificios, estructuras de cubrimiento, casetas de instalaciones, entre otros. Además, se incluirá la eliminación de elementos que contengan amianto como tuberías, depósitos o cubiertas.

La parcela ocupa una superficie total de 11.200 m2, y está ubicada en la misma calle del polideportivo municipal. En el interior de la parcela existen tres edificios destinados principalmente a habitaciones, otra construcción que albergaba los servicios comunes como cocina, cafetería y recepción, así como otras construcciones menores. También cuenta con estructuras metálicas para cubrir el aparcamiento, piscina y pista de tenis.

Esta antigua residencia de ocio y tiempo libre dependiente de la Generalitat, clausurada en 2006, se ha convertido en los últimos años en un foco de okupas, drogadicción e inseguridad, y se han declarado allí varios incendios. En 2013, con el PP en la Alcaldía, se impulsó como sede de la Universidad Católica de Murcia (UCAM), un proyecto para ubicar allí un campus que finalmente no cuajó, lo que además supuso para el Ayuntamiento el pago de miles de euros por el aval bancario que depositó para la compraventa de este inmueble a la Generalitat.