Una de las principales obras pictóricas de la Iglesia de Sant Joan permanece arrumbada en el trastero del templo desde hace seis meses, un lugar poco digno para un retablo realizado hace justo 250 años y restaurado en 1999 con fondos públicos. Desde la Asociación Cultural Lloixa han calificado de «barbaridad» esta situación, denunciando que amenaza su conservación, por lo que exigen que el lienzo sea recolocado inmediatamente y piden al Ayuntamiento que lo incluya en la catalogación de bienes protegidos. Por su parte la parroquia insiste en que se retiró para frenar el deterioro que sufría y que está guardado en correctas condiciones para evitar daños.

En julio pasado la asociación Lloixa denunció la «desaparición» de la Sagrada Familia de Antonio Villanueva, que data de 1770, explicando entonces desde la parroquia que se hacía para protegerlo de las corrientes, y que estaba guardado en la Iglesia. Su privilegiado lugar a la entrada de la Iglesia fue ocupado por un confesionario, una Virgen nueva y un cuadro de San Josemaría de Escrivá de Balaguer.

La Iglesia de Sant Joan mantiene arrumbado en el trastero uno de sus retablos más valiosos

Seis meses después, el retablo de Villanueva permanece guardado en la zona conocida como la «girola», un pasillo curvo que rodea el altar mayor, que permite ir de un lateral de la nave principal al otro. Una zona que se utiliza principalmente como trastero. Allí está la obra del pintor, arquitecto y religioso franciscano Antonio Villanueva, una de las joyas de la Iglesia de San Juan Bautista. Tapada con una tela y oculta incomprensiblemente de la mirada de los feligreses.

Desde Lloixa consideran esto «una barbaridad», y que «no es forma de conservar un retablo del siglo XVIII, cuya restauración fue pagada además con dinero público». Por ello exigen «su recolocación inmediata y que el Ayuntamiento amplíe la ficha de catalogación de la Iglesia para que se incluyan explícitamente retablos, cuadros e imágenes» en sus protecciones.

A este respecto, el alcalde de Sant Joan, Jaime Albero, señaló desconocer la situación del cuadro, pero que estudiará la denuncia de Lloixa y su petición sobre la catalogación, recordando que se trata de un bien de la Iglesia.

Este lienzo, donado a la parroquia en 1939, fue restaurado con fondos públicos por la Generalitat en 1999. Desde Lloixa recuerdan que «llama la atención la afirmación de que dicho cuadro fue retirado para protegerlo de corrientes de aire, y ahora esté arrumbado, sin protección alguna y cubierto por una tela que no ejerce ninguna protección. El remedio ha sido peor que la supuesta enfermedad».

Por ello consideran que «el retablo debería volver a colocarse sobre la pila bautismal, que ha cambiado de ubicación, ya que representa a la Sagrada Familia. El oscuro cuadro actual que representa a Cristo crucificado sobre la pila está fuera de lugar y resulta demasiado tétrico para un momento tan importante para un cristiano como es el Bautismo». Además, este Cristo es un bocaporte sin valor artístico, cuando se tiene el lienzo de Villanueva escondido en el trastero.

Por su parte el párroco Roque Carlos Jiménez mostró ayer su sorpresa por las afirmaciones de Lloixa, ya que «el retablo está guardado correctamente, tapado con una manta y en un lugar adecuado para evitar que siga deteriorándose. No está arrumbado. Se guardó porque eran evidentes los daños que estaba sufriendo por las corrientes». Jiménez recordó que fue guardado siguiendo el consejo del asesor de Bellas Artes de la parroquia, y que están a la espera de encontrar un lugar adecuado para exponerlo, ya que se «han hecho obras que cuestan dinero» y «hay que ir a paso a paso», destacando además que cualquiera que quiera puede ver el retablo.

Y agregó que no entendía las manifestaciones de una asociación cultural como Lloixa, cuando insistió en que la medida solo busca proteger el lienzo, apuntando que únicamente hacen lo que estipula la normativa, «seguir los consejos de un experto en Bellas Artes».

La noticia sobre esta «desaparición» del cuadro de Villanueva trascendió en julio al mismo tiempo que la paralización de las obras de reforma que ordenó el Ayuntamiento, al carecer de licencia ni permiso de Cultura, una deficiencia que se subsanó poco después, finalizándose las obras en septiembre tras obtener los permisos. Las obras para sustituir el suelo de mármol del altar y acabar con las humedades de la capilla del Rosario, no contaban con autorización pese a tratarse de un Bien de Relevancia Local, señalando el párroco que se debió a una confusión, ya que pensaban que con un permiso por unas obras anteriores era suficiente. Y Podemos denunció los daños causados por esas obras.