El colegio Rafael Altamira de El Campello y Protección Civil llevan comida al alumnado confinado por el coronavirus, para evitar así desplazamientos. La grave situación epidemiológica, que también se ceba en los centros escolares, ha provocado el confinamiento domiciliario de alumnos integrantes de un aula con positivos del colegio Rafael Altamira de El Campello. Hasta la fecha los familiares de los afectados habían de personarse diariamente en el centro para recoger, en el comedor escolar, envases herméticos con la alimentación correspondiente, en cumplimiento de la disposición de la Conselleria de Educación, que el pasado 1 de diciembre puso en marcha la ayuda de “menú para llevar” a los usuarios del servicio de comedor.

Ante tal vicisitud y con el fin de evitar riesgos y contribuir a la armonización familiar, la directora del colegio, Inmaculada Aracil, solicitó al Ayuntamiento la colaboración de Protección Civil para que sus componentes fuesen los encargados de recoger los táperes de un solo uso proporcionados por la empresa alimentaria y trasladarlos a los domicilios de los alumnos enfermos, con lo que se contribuye a facilitar la labor asistencial familiar a los colegiales de baja.

Tras el visto bueno municipal, el pasado miércoles entró en funcionamiento la iniciativa del colegio público decano y de mayor aforo de la localidad, en activo desde 1973 y actualmente con tan sólo hay una clase confinada, lo que representa un 3% del total, gracias a la labor del equipo directivo, claustro de profesores y personal auxiliar, poniendo en práctica medidas preventivas, de vigilancia e intervención, con las que se está consiguiendo controlar la delicada situación pandémica y puede servir de ejemplo para el resto de la comunidad escolar campellera. En el centro se imparten 3 líneas, con un total de 30 unidades, a las que asisten 560 alumnos. También dispone de comedor con capacidad para 350 comensales.