En 2015 San Vicente del Raspeig inició el proceso para contar con un parque de viviendas sociales. Un proceso largo que se está haciendo interminable. Y así lo reconoce la propia concejal de Bienestar Social, Isabel Candela, quien admite el retraso. «No está parado», advierte nada más preguntar por cómo va la adjudicación de las seis viviendas que el Ayuntamiento compró entre 2018. «Cuando tienes las casas piensas que es más sencillo y rápido, pero está costando un poco porque la administración no es rápida y la pandemia ha paralizado los procedimientos para poder dar esas viviendas», explica.

La realidad es que a día de hoy ninguna de las seis casas se ha adjudicado aún. Candela señala que se han realizado ya dos procesos de solicitudes. En total ha habido 28 peticiones, 9 se han desestimado, fundamentalmente por la renta, según explica la concejal, y 5 familias han desistido. Candela espera haber resuelto en primavera todos los trámites y que las casas puedan empezar a ocuparse. «Espero que, como muy tarde, a mediados o finales de marzo, se solucione y puedan adjudicarse».

Los futuros residentes no tendrán que pagar nada por vivir en ella porque se trata de un recurso de emergencia habitacional. Y contarán un acompañamiento social con un plan de reinserción para ayudarles a mejorar su situación. En principio es un recurso para seis meses. «Son personas que están a un paso de la exclusión o que se van a quedar sin casa...», enumera Candela, que reconoce que son diversas las circunstancias para adjudicar temporalmente estos inmuebles. «Está claro que en un año esas personas están en disposición de hacer su vida solos», añade.

La edil señala que el punto actual en el que se encuentra el proceso de viviendas sociales es «una última revisión de las casas, la electricidad, fontanería. Ver que son habitables y están correctas». Y el último paso es la reunión del comité que evaluará cada una de las solicitudes y las características de cada familia.

Y como decisión «de última hora», se van a dejar dos y no una de las seis viviendas sin ocupar para destinarlas a situaciones de emergencia habitacional inminentes. Candela explica que una de las situaciones que más ha crecido durante la pandemia es la violencia de género y esas casas pueden ser un recurso urgente para casos extremos como estos.

Tres casas más en 2021

La concejala confía en que con la aprobación de los presupuestos que incluyen 150.000 euros, puedan comprarse nuevas viviendas y ello sumado al remanente que puede superar los 300.000 euros. «Este año se va a incrementar el parque en tres viviendas como mínimo», asegura. Y advierte que gracias al sistema de tanteo y retracto va a ser más fácil «porque el proceso es más corto».

Aunque la última casa que va a comprar ha estado envuelta en una situación conflictiva, porque el Ayuntamiento la adquiere para ampliar el parque social, pero la vivienda había sido previamente reservada por una pareja. Desde el Ayuntamiento advierten de que el vendedor tenía que haber advertido a los compradores. La concejal lamenta el perjuicio que ha sufrido la pareja. «Estoy muy contenta por haber podido comprar otra casa, pero con muy mal sabor de boca por lo ocurrido», explica, «pero la casa ya está comprada».

A la vez, la concejal elogia la labor que desde Bienestar Social están realizando los trabajadores para gestionar los problemas sociales que se han multiplicado desde que en marzo se decretó el confinamiento.  Y destaca que «hay trabajadores que están cogiendo ahora sus vacaciones, están en primera línea y están dándolo todo. Se están dejando la piel».