El único Bien de Interés Cultural (BIC) de Sant Joan en manos municipales ya está restaurado. La Torre Ansaldo está lista para ser un centro de interpretación y conservatorio de música. Falta la última fase, consistente en la construcción de un edificio para acoger las aulas de música, pero la remodelación de la torre del siglo XVI y la casa anexa ya ha terminado y está plenamente operativa, y cuando la pandemia lo permita abrirá sus puertas, según explicó ayer el alcalde Jaime Albero (PSOE).

Para sacar de la ruina este inmueble han sido necesarios 1,1 millones de euros. Y debido a los problemas con los plazos por el retraso en la tramitación del proyecto y por la pandemia, no ha sido posible justificar toda la subvención europea que había sido concedida, aunque sí en su mayor parte, según informó la edil de Urbanismo, Eva Delgado (PSOE).

La obra tenía que estar terminada el 31 de diciembre, pero se ha retrasado unas semanas, lo que ha hecho que solo se haya podido justificar un 91% de la obra, por lo que de los 479.820,10 euros concedidos solo se recibirán 436.636,29, cantidad de todas formas muy importante. El resto lo ha aportado el Consistorio.

El alcalde destacó que «esta obra era una deuda que teníamos con el patrimonio de Sant Joan. Es el único BIC de titularidad pública y hemos hecho todo lo necesario para recuperarlo. Se ha hecho un trabajo estupendo».

Esta actuación ha permitido rehabilitar la torre, la finca y el entorno, y por otro dotarlo de contenido. Delgado explicó que ya se ha firmado el acta de recepción de las obras y ahora están ultimando la parte expositiva, a la espera de que la situación por el covid mejore para poder abrir al público. En cuanto la última fase, la construcción de las aulas en la parcela anexa, señaló que de momento no hay plazos, ya que está planteado que en esa parcela vayan las prefabricadas del IES Berlanga para trasladar este centro allí mientras se realiza la nueva construcción. De cualquier forma apuntó que «hay trabajo avanzado en el proyecto pero no finalizado».

La obra realizada ha incluido el refuerzo de la cimentación, la cubierta y la consolidación de los muros de las dos naves laterales a la torre, que se destinan a almacenamiento de numerosos útiles de labranza antiguos que forman parte del inventario municipal y se expondrán en el Centro de Interpretación de la Huerta.

Ensayo y exposiciones

Del mismo modo se ha acondicionado todo el edificio protegido para albergar el centro de interpretación y las salas para ensayo de la orquesta y la biblioteca del futuro conservatorio de música, y su entorno más inmediato. El vestíbulo principal se utilizará para exposiciones fijas y temporales. La sala de exposiciones con cartelería y proyecciones sobre la huerta alicantina se utilizará también como biblioteca, fonoteca y videoteca del conservatorio. Además, en la antigua bodega se ha construido la sala polivalente para los ensayos de orquesta, banda y coro. Dicha sala se abre al espacio exterior para posibilitar conciertos al aire libre en los que el público se sentará en el patio al suroeste del edificio.

Durante los trabajos de restauración y ampliación se descubrió que la antigua ermita estuvo dotada de un horno y en algún momento funcionó como cocina. Y también aparecieron dos cámaras subterráneas, una de ellas empleada como lagar para la realización de vino, así como otra cámara en la ermita que tras su estudio se ha constatado que no tiene valor.