Calma tensa en el Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig. La dimisión de la concejala de Sanidad, Educación y Bienestar Animal, Belén Arques, y la dureza del comunicado que el lunes hacía público el alcalde, Jesús Villar, arremetiendo contra su exportavoz José Luis Lorenzo y el grupo de concejales que le siguen por, entre otras cosas, «deslealtad», ha hecho un boquete en la brecha que ya había en el partido socialista local.

El mismo lunes por la tarde el grupo municipal socialista celebraba su habitual reunión de grupo. Un encuentro que fue de alta intensidad y tensión. Las cartas de todos se han puesto sobre la mesa, y lo que es una realidad es que el alcalde se encuentra en minoría. Villar solo tiene un apoyo en un grupo de 10 concejales (uno menos ahora tras la dimisión de Arques, que además y con la presión sufrida se encuentra de baja laboral), la concejala de Fiestas, Asun París. Pero asegura tener argumentos suficientes para justificar la acusación de boicotear su labor a los concejales del sector de Lorenzo.

Villar ha recurrido a la cúpula provincial y autonómica del PSPV-PSOE en busca de apoyos y con el objetivo de solucionar la «insostenible situación». El primer edil ha puesto en conocimiento del partido los problemas que, a su juicio, se están produciendo para minarle. Y expone como ejemplo las reuniones paralelas del grupo a las que él no está convocado ni la primera teniente de alcalde, Asun París. Unos encuentros donde el primer edil reconoce, es donde se toman realmente las decisiones que luego se llevan al grupo o al equipo de Gobierno.

Ayer ninguno de los dos bandos quiso mover ficha. No lo hizo el alcalde. Y Lorenzo ha rehusado hacer declaraciones. Desde el grupo socialista, el portavoz, Jesús Arenas, advertía el lunes de que «el partido socialista, como partido democrático, debate para llegar a acuerdos y no todos los acuerdos son compartidos por todos» y considera «opiniones» la contundentes críticas de Arques.

Pero este bloqueo a Villar no es sorpresivo. A las puertas de las elecciones, Lorenzo renunció a su cargo de portavoz socialista, dejándole solo. Villar ya contaba con el boicot que podría sufrir cuando se presentó a la reelección de la Alcaldía. Lorenzo acaparó los apoyos del resto de concejales, buena parte de ellos «fichajes» que él mismo hizo para la actual corporación. La mayoría de ellos personas muy presentes en sectores clave de la sociedad sanvicentera como el deporte o el asociacionismo vecinal o educativo. Del lado de Lorenzo se encuentra el portavoz Arenas, los ediles de Recursos Humanos, José Manuel Ferrándiz, de Bienestar Social, Isabel Candela, de Hacienda, Guillermo García, de Juventud, Lucía Rubio, y la concejal de Servicios y Mantenimiento, Pilar Alcolea, que se encuentra actualmente de baja.

La concejal que deja el acta fue la principal apuesta personal de Lorenzo. De hecho, era la número dos del partido tras el alcalde, y fuentes socialistas reconocen que podía haber sido quien le hubiera disputado la Alcaldía a Villar en 2023. En un golpe de mano, en la confección de las listas, el alcalde logró que su único apoyo, Asun París, se situara en un número de la lista en puestos de salida como concejal.

Lorenzo también maneja el gabinete de prensa que desde el principio de mandato realiza su labor desde el despacho del grupo municipal socialista, y no desde la Oficina de Prensa que en los anteriores mandatos estaba junto a la Alcaldía. De hecho, la comunicación referente a las áreas de Villar no las realiza Prensa.

Obligaciones descuidadas

Lorenzo acapara buena parte del «poder» en el Ayuntamiento de San Vicente, a pesar de que muchos le afean que ha dejado de cumplir con sus obligaciones municipales. Sobre todo desde que, a raíz de su rotura de hombro y destaparse que entrenaba a un equipo de fútbol estando de baja, perdió parte de sus áreas fuertes, además de la portavocía y Presidencia, el área de Deportes, a la que renunció para poder seguir siendo entrenador.

El edil tiene dedicación exclusiva y su sueldo es más elevado por ello, porque es teniente de alcalde y por ser miembro de la Junta de Gobierno Local. Sin embargo, desde su reincorporación de su baja en noviembre el actual concejal de Participación Ciudadana no ha participado en 8 de las 13 sesiones celebradas.

El último golpe de efecto ha sido poner a Villar contra las cuerdas al forzar en una reunión la elaboración de anteproyecto para construir la pista de atletismo, sin ser el responsable del área de Deportes.

Hace un año del encontronazo por exigir a Puig más inversiones

Jesús Villar no ha tenido tregua desde el principio de la legislatura. Y en el Ayuntamiento, mucho no creen que haya sido la dimisión de Belén Arques la que le ha abierto los ojos como indica en su comunicado. Porque ha sufrido un desplante tras otro. Inició su mandato con un grupo que trabajaba paralelamente y que organizaba encuentros a los que no le han invitado. Le han dejado solo en actos oficiales y han tratado de que se posicionara en contra de su partido. Hace justo un año se evidenció la tensión de los bandos socialistas. Se trataba de firmar una declaración institucional de todos los partidos para exigir a la Generalitat, y en concreto al Presidente Ximo Puig, más inversiones en San Vicente. El alcalde no la iba a apoyar y en la propia sesión de pleno, cuando Lorenzo le afeó que se desmarcara, dijo que ya lo había advertido previamente, obligando a retirar la moción. El rifirrafe dialéctico entre Villar y Lorenzo quedó marcado. Y con él las desavenencias. Solo la baja de Lorenzo desde junio y hasta noviembre le ha dado una tregua.