El área de Igualdad del Ayuntamiento de San Vicente está tratando de digerir el mal trago del boicot de la charla que iba a abordar cómo detectar micromachismos, precisamente en un año en el que ha aumentado la atención a las mujeres víctimas de la violencia de género en San Vicente, motivado en buena parte por el confinamiento y la realidad actual de la pandemia.

Desde Igualdad indican que la empresa Filias Desarrollo Comunitario que transmitía el acto por internet ya ha denunciado el boicot sufrido. Y por su parte, la Guardia Civil está investigando el suceso en el que varias personas vertieron amenazas de muerte, profirieron insultos machistas y proyectaron imágenes del nazismo en el transcurso de una charla telemática organizada por Igualdad.

La presencia de una de las responsables de violencia de género en la Guardia Civil que detectó desde el primer momento lo que ocurría, permitió que se produjera un cierre rápido de la sesión, según reconocen desde la concejalía. Pero duró lo suficiente para dejar estupefactos a los participantes y obligó a explicar los porqués a quienes trataban de acceder a la charla unos minutos después de empezar y no lo lograban.

La concejal, Isabel Candela, destaca lo necesaria de esta actividad. «La ponente era una trabajadora social que iba a desgranar las señales de la violencia de género a través de una superviviente». La edil señala que entre los asistentes también había perfiles muy vulnerables, a las que se trata de ayudar y quitar el miedo. Y advierte de que «si lo que pretenden los cobardes que boicotearon esta charla era meter miedo no lo han conseguido, nos han mostrado que el camino que estamos siguiendo es el correcto. Les molestan estas acciones, quieren seguir teniendo el poder y que les abramos los ojos no les viene bien».

Los datos de la violencia machista en San Vicente han empeorado en un año. Actualmente el Ayuntamiento tiene más de 140 mujeres protegidas por órdenes de alejamiento de sus exparejas en vigor «y eran 120 hace un año», explica la concejal de Igualdad. Que apunta que la pandemia, el confinamiento y la actualidad realidad, con el cierre de la hostelería, ha empeorado las cifras y las situaciones «delicadas» de muchas mujeres. Y en el extremo, la psicóloga municipal, Laura Sánchez, explica que durante este año de pandemia se han cuadruplicado las mujeres que necesitan una telealarma. Aquellas que han sido amenazadas de muerte o se teme por su integridad física. La dotación de estos dispositivos se ha disparado y una decena de víctimas viven permanentemente pegadas a una alarma que las geolocaliza las 24 horas porque temen por su vida.

«La mayoría de víctimas se arrepiente de denunciar»

La psicóloga municipal resalta el daño psicológico que tiene la mayoría de mujeres que piden ayuda por un problema de violencia machista. Explica que lo hacen tras sufrir un hecho sobrevenido, una pelea o una intervención policial que las obliga y lamenta que muchas «se arrepienten de denunciar». La cada vez mayor concienciación hace que familiares o amigas detecten el problema y traten de ayudar a la víctima, «ya no se piensa que es un problema que debe quedar en la intimidad de la pareja», explica Laura Sánchez. La concejal Isabel Candela resalta el beneficio de las nuevas tecnologías, «son una herramienta de apoyo muy importante, donde pueden encontrar muchos recursos. Aunque en algunos casos nos hagan daño, como el del hackeo que hemos sufrido»