Este fin de semana ha sido el pequeño huerto que cuidan los niños de las clases de Infantil el que ha aparecido destrozado. Las plantas aromáticas que habían cultivado en sus jardineras arrancadas y esparcidas en círculo en el patio. También árboles rotos. Desde hace más de tres meses el Colegio Bec de l’Àguila de San Vicente del Raspeig sufre problemas de vandalismo. La directora del centro, Reyes Gomis, explica que ya han presentado tres peticiones por registro al Ayuntamiento de San Vicente exigiendo al área de Seguridad que vigile el centro.

Asegura que cada lunes cuando a las 8 de la mañana llega el limpiador, se encuentra en el patio con un panorama de botellas propias de un botellón, donde además también han encontrado «mascarillas, colillas preservativos...» relata la directora del Bec de l’Àguila. La docente señala que las características del colegio, cuyo patio se sitúa en una zona de campo donde no hay viviendas alrededor ofrece una sensación se seguridad a los grupos de jóvenes que se cuelan en el centro.

Desde el colegio reconocen que este fin de semana la gota ha colmado el vaso de su paciencia. «Árboles destrozados, jardineras del alumnado de Infantil rotas y esparcidas, troncos en forma de lanza, mesas de picnic quemadas, mesas de ping-pong agujeradas», enumera la directora del Bec de l’Àguila, que pide más control para evitar que cada fin de semana pase lo mismo. Y valora los destrozos en unos 2.000 euros «pero también están los árboles que habrá que cortar y podar».

El Bec de l’Àguila reclama vigilancia para acabar con el vandalismo y el botellón IMAGEN CEDIDA POR EL CENTRO

«Desolador»

Reyes Gomis lamenta que la situación que se encuentran cada lunes es «un panorama desolador» y añade que «sobre todo cuando ves que no se respeta ni siquiera un espacio público para el disfrute de las niñas y niños. Además de ningunear el esfuerzo y la ilusión del cole en su iniciativa por la mejora de los patios», indica.

Desde el colegio apuntan que el agravante es que este tipo de cosas están ocurriendo ya desde el mes de diciembre. «Hemos interpuesto tres solicitudes de ampliación de vigilancia policial al Ayuntamiento, pero no hemos obtenido ni respuesta», lamenta la directora del Bec de l’Àguila.

«Corroborado también por los vecinos, la vigilancia en esta zona es completamente nula, sea por la escasez de policía o por lo que sea», añade con desesperación la responsable educativa. De hecho, afirma que habló con el jefe de la Policía en octubre «y no nos han hecho caso» y de los escritos dirigidos al concejal no hemos obtenido respuesta». Y añade «tenemos la inseguridad de estar abandonados».

Desde el Ayuntamiento el alcalde, Jesús Villar, señala que la petición de mayor seguridad es un asunto que se tiene que tratar en el seno del equipo de Gobierno para valorar las medidas a tomar.