La Cofradía de Pescadores de El Campello se traslada. La entidad ha puesto en funcionamiento una oficina en el número 21 de la avda. del Carrer La Mar, donde ya estuvo su sede social en los años ochenta y, con anterioridad, entre 1945 y 1973. “El motivo del traslado no es otro que el aprovechamiento de este local de nuestra propiedad, desocupado y sin visos de poderlo alquilar por la crisis derivada de la pandemia", manifestaba a este diario su presidenta-patrón mayor, Maribel Marco Palomares, al frente de la Cofradía desde 2015 y cumpliendo su segundo mandato.

Por esa razón el Cabildo ha considerado conveniente su utilización, pues estas nuevas instalaciones son amplias y luminosas, al tiempo que disponen de zona de atención al público, despacho y sala de juntas, además de acceso y aseo habilitados a  la normativa para personas con discapacidad, mientras las dependencias que la centenaria entidad dispone en el puerto pesquero están algo obsoletas y necesitan de una adecuación pertinente.

No obstante, y mientras la Generalitat aprueba la ampliación y rehabilitación del edificio de la Lonja, se mantendrá en activo aquella oficina para realizar las gestiones derivadas de la actividad pesquera de la flota de bajura y la venta de pescado abierta al público, que continúa de lunes a viernes a partir de las 19.30 h., con estricta observancia de todas las medidas anti-covid vigentes.

La Cofradía de Pescadores abre una oficina en el Carrerlamar

La actual Cofradía se constituyó el 10 de abril de 1919 bajo la denominación de “Sociedad Pósito Pescador de Campello" y, según el historiador Figueras Pacheco, en su "Geofrafía General de la Provincia de Alicante", con datos de 1913 "su flota pesquera cuenta con unas 200 embarcaciones, cuyos tripulantes alcanzan una cifra de 1.000". Estadística que confirma el "Anuario de la Pesca", de 1920, considerando la de El Campello (...) "la primera flota de madera del Mediterráneo español".

La carencia de un puerto y la mayor lejanía de los caladeros de pesca propició, en los años 50/60, el éxodo de la flota de altura que trasladó su base de actividades a Málaga y Las Palmas de Gran Canaria y originó una profunda crisis en la industria pesquera y afines (astilleros e hilados de redes) de la que nunca se recuperó.

La construcción de un mini-muelle en 1991, solo apto para naves de poco calado, no sirvió de aliciente para reactivar una actividad que se fue desmantelando en el trascurso del último medio siglo. Por su parte la lonja de pescado, con el singular sistema de subasta abierto al público, tampoco vigorizó el sector en el que sólo quedan 7 unidades de artes menores, que faenan en la bahía y no generan suficiente potencial económico para mantener la Cofradía, que sobrevive gracias a las reducciones laborales y salariales de sus tres empleados, y las subvenciones de la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de El Campello.