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María Márquez Merás: «Temí por la superviviente de maltrato ante un boicot con tanta agresividad y violencia»

Confiesa que durante el boicot de la charla telemática organizada por la concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de San Vicente, la que fue víctima de violencia de género «se creció» ante la insólita situación

La trabajadora social María Márquez, a las puertas del Ayuntamiento de San Vicente. | INFORMACIÓN

En sus décadas de trabajo con mujeres maltratadas, en centros de acogida, en el Centro Mujer 24 horas, y tras cinco años de charlas en institutos sobre la violencia de género, María Márquez nunca había vivido nada similar. Confiesa que durante el boicot de la charla telemática organizada por la concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de San Vicente en la que se intercalaron marchas militares, imágenes de Hitler e insultos a las participantes mandándolas a la cocina, con improperios como «puta», «zorra» y frases de desprecio, temió sobre todo por cómo le iba a afectar a la superviviente. Una mujer que iba a contar su periplo desde los tímidos inicios del maltrato sufrido hasta descubrirse como víctima y haber temido por su vida. Pero la que fue víctima de violencia de género «se creció» ante la insólita situación.

¿En qué consistía el taller?

La Concejalía subcontrató a mi empresa, Filias Desarrollo Comunitario, para hacer unos talleres que acabaron siendo telemáticos. Era sobre violencia de género vivencial, participaba junto a mi compañera, una superviviente de violencia de género. A través de su historia la gente iba a poder participar y preguntar, y desde mi posición de trabajadora social iba a ir acuñando los conceptos y patrones que se sufren. Lo importante era su relato. Y cómo sus decisiones la han ido ayudando. Que te cuenten la historia es una forma de empatizar. El mensaje que quería transmitir es que se puede salir. Y de forma muy exitosa.

Pero no llegó a decir nada.

Solo a hacer una introducción. Hubo un sonido ensordecedor, música de marcha militar. Pensé que había un error, que se había colado algo. De repente empezó a agregarse gente, de 7 participantes pasaron a 40. Aparecieron imágenes de desfiles militares, de Hitler... En el chat empezaron los insultos: «Hijas de puta», «iros a fregar a casa»... Todos relacionados con el machismo. Fue la agente de la Guardia Civil de violencia de género que estaba en el taller la que nos advirtió que nos estaban boicoteando y desconectamos la sesión.

Usted ¿qué pensaba?

Estaba sorprendida, alucinada ante una situación de tanta agresividad y violencia que desanima mucho a las víctimas. Enseguida tuve un sentimiento de preocupación muy grande hacia mi compañera. Creí que esto podía ser un paso atrás. Esta charla nace de un proyecto de profesionales que nos dedicamos a la violencia de género, conscientes de que la información técnica no llega tanto como la vivencial, la contada en primera persona. Yo conocí a mi compañera como víctima. Sé el proceso por el que ha pasado. Está muy preparada, pero al vivir esta situación pensé lo duro que debía ser pasar por eso.

¿Cómo le afectó a la superviviente?

Ella se creció. Me dijo que «a por todas». Que había que poner una denuncia y hacer lo posible para darle visibilidad a esto.

Y han denunciado.

Filias Desarrollo Comunitario lo denunció a la Guardia Civil por delito de odio y amenazas. Desde el primer momento tenemos el apoyo del Ayuntamiento.

¿Han renunciado a ofrecer el taller boicoteado?

Se va a grabar para que quede constancia. Estamos viendo cómo hacerlo.

¿Saca alguna conclusión de esta situación?

Espero que esto deje claro lo necesarios que son este tipo de talleres, charlas, formaciones en todos los ámbitos. A mi entender se invierte poco en formación, información y prevención contra la violencia. La única manera de prevenirla es a través de la información, conocer cómo funcionan los procesos de violencia de género. Y saber que nos puede pasar a cualquiera. Y si te lo cuentan en primera persona te puedes reconocer.

¿Cómo funcionan esos procesos de violencia de género?

Son muy sutiles. Hay patrones claros que se repiten. Pero tú no te identificas. La superviviente cuenta que al llegar al centro de acogida de mujeres le dijeron que era una víctima y ella negaba ser tal cosa. Ha necesitado mucha ayuda profesional para sentirse identificada como maltratada y ha recibido las herramientas para salir. En la charla íbamos a hablar de la diferencia entre víctima y superviviente, que es la que ha aprendido que lo que ha pasado no es culpa suya y que nos puede suceder a cualquiera. La violencia de género es el punto cumbre de la desigualdad. Si un hombre el primer día de conocerlo te insulta o te pega tu te vas. Pero el maltrato es un proceso de tiempo en el que te anula como persona. Te aleja de tus amigos y familiares. Hasta que al final solo le tienes a él.

¿Cómo se llega ahí?

Una relación de desigualdad puede conllevar una relación de violencia de género, viene de unos roles aprendidos, del amor romántico. Nos dicen que busquemos nuestra media naranja, que el amor todo lo salva, que si nos esforzamos la bestia será un príncipe. En la adolescencia pueden confundir los celos, el control absoluto, con un acto de amor.

¿Puede haber un retroceso y que haya más violencia de género ahora?

No creo que haya ido a más. Gracias a la ley y a la información es más visible. Puede dar la sensación de que hay más. Pero en generaciones anteriores era mayor.

Cómo se puede prevenir el machismo?

Con la formación en igualdad de los niños desde pequeños.

¿Qué responde cuando le dicen que la violencia no tiene género?

En las charlas con adolescentes ponemos ejemplos sencillos. No negamos que existan mujeres que maltratan a hombres. Pero esa violencia no es estructural, no se maltrata a hombres por no llevar camiseta o porque no les gusta el fútbol, pero sí mujeres que son maltratadas porque no saben cocinar o no cuidan a sus parejas como ellos esperan.

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