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La nueva megapiscifactoría de El Campello «salva» la Cofradía de Pescadores

La granja marina aumentará las capturas de las embarcaciones campelleras por su efecto en el entorno y ofrece alternativas laborales al sector

Arriba, el muelle pesquero de El Campello. Abajo, una jaula de Avramar, en Calp. | INFORMACIÓN

Una auténtica bendición va a suponer para la Cofradía de Pescadores de El Campello la instalación de la mayor piscifactoría de la Comunidad. Esta entidad, que en un siglo ha pasado de 200 a 7 barcos, se muestra favorable al proyecto, en fase avanzada de construcción, frente a la costa de la Lloma de Reixes y Venta Lanuza. Y es que, entre otras cosas, va a suponer «la salvación» de la Cofradía, tanto por permitir aumentar las capturas por la fauna que se genera alrededor de las granjas marinas, como por el impulso para el sector y los puestos de empleo que va a requerir. La Cofradía tienen ya más de un centenar de personas inscritas en una lista para trabajar para la piscifactoría, con la que ha llegado a un acuerdo de colaboración.

Desde la Cofradía consideran que la incidencia en la flora y fauna de la zona sería mínima y estaría controlada; al tiempo que supondría una alternativa laboral para los profesionales de la centenaria institución marinera y los trabajadores de la localidad.

La nueva megapiscifactoría de El Campello «salva» la Cofradía de Pescadores

La presidenta-patrón mayor de la Cofradía, Maribel Marco Palomares, explicó que «hemos estado informados desde el principio de este proyecto porque la empresa Avramar se puso en contacto con nosotros y siempre nos aseguró que no pretendía perjudicar a la Cofradía, sino colaborar en todo lo que estuviera a su alcance, incluso ofreciendo trabajo tanto a nuestros afiliados como a otras personas del pueblo. Así pues, consideramos que una granja de estas características es una buena noticia para el municipio ya que es una nueva actividad económica que precisará de productos y servicios y ofrecerá una alternativa laboral a los profesionales de la mar».

La entidad colabora con el grupo acuícola y tiene ya una lista de 100 personas apuntadas para trabajar en la nueva instalación

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«Estamos convencidos de que con una buena gestión y un control adecuado no va a producir ningún perjuicio pues, por la experiencia que tenemos, estos viveros acaban siendo beneficiosos ya que favorecen ciertos tipos de pesca al ofrecer áreas de protección y refugio en fondos arenosos», destacaron los dirigentes de la Cofradía.

El secretario de la entidad, José A. Soler, explicó que esta piscifactoría supone la salvación para la Cofradía, que cuenta actualmente con 7 barcos y 20 trabajadores, cuando en 1910 contaba con 200 embarcaciones. Y apoya esto tanto por el aumento en las capturas en la zona de la piscifactoría por este efecto en la fauna de la zona, así como por ofrecer alternativas a los profesionales del sector: buzos, marineros, patrones, biólogos, manipuladores de pescado...».

Impacto ambiental

En cuanto a su impacto ambiental, la presidenta de la Cofradía señaló que «todos estamos preocupados por la protección y conservación del medio ambiente, y nosotros los primeros ya que vivimos de él, pero la granja va a estar controlada en todo momento y de ninguna manera va a producir un ‘enfangamiento’ de la zona, pues se situará a más de 40 metros de profundidad y muy lejos de los algares, que son el ecosistema más valioso de nuestras costas».

Por su parte Soler, apuntó que para la obtención de los correspondientes permisos se han realizado estudios técnicos de la calidad de las aguas y los fondos marinos, para poder valorar la incidencia en el medio ambiente. «En estos estudios han participado los peritos del Instituto de Ecología Litoral, profesionales con una gran experiencia que nos ofrecen todas las garantías sobre la seriedad de sus resultados».

Además se incluye un programa de vigilancia que tiene como objetivo detectar cualquier impacto negativo sobre el entorno, ya sea sobre las aguas, los fondos marinos o la fauna.

Dificultades

En cuanto a los profesionales, el armador Antonio Ferrando Pérez (el más veterano con tan sólo 44 años) expresó, con matices, su aceptación a la piscifactoría puesto que, si bien elimina un tramo de playa para sus actividades, a cambio genera una mayor producción en sus alrededores. «Por otra parte, el anuncio de un trabajo estable significa una alternativa de futuro para este ancestral oficio, cada día más deteriorado por factores diversos que no convidan al optimismo. A la progresiva escasez de capturas se une la baja en los precios de venta, que acrecientan la precariedad del sector. Las nuevas restricciones, anunciadas en la modalidad de arrastre, el día de mañana podrían afectar a las artes menores y significarían el final de la pesca artesanal en El Campello». Y ante esta situación, «nos vendría bien tener una tabla a la que aferrarnos».

El complejo inicia la siembra de alevines y se pondrá en marcha en mayo

La nueva granja marina de El Campello avanza a pasos agigantados para su puesta en marcha y en marzo ya empezó con la siembra de alevines en las jaulas que había ya instaladas, según explicaron desde la multinacional de origen griego Avramar. La instalación prevé entrar en funcionamiento en mayo y contará con una producción anual de 5.000 toneladas de lubina, dorada y corvina. Esta gran granja marina va a ocupar 144 hectáreas, con 40 jaulas, a unas 3,6 millas náuticas del Puerto de El Campello. Generará 45 puestos de trabajo y se convertirá en la granja con mayor producción de la Comunidad junto con otra que ya tiene esta empresa en Burriana (Castellón), que dispone de la misma capacidad. Este proyecto supone una inversión de más de siete millones y se une a la piscifactoría ya existente en la localidad desde 1996, y que recientemente ha sido comprada por la propia Avramar a la empresa Cudomar. Esta instalación es mucho más modesta que la de nueva construcción, ya que produce unas 400 toneladas anuales de dorada y lubina. Y la adquisición está motivada por cuestiones de «bioseguridad», para garantizar que no haya problemas de salud en una granja cercana que pueda afectar a su propia producción.


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