Cuando tener una hora límite para moverse por las calles o disponer de un número máximo de personas con las que poder reunirse parecían asuntos del pasado, la realidad vírica ha vuelto a traerlas al presente de la Comunidad Valenciana. El Tribunal Superior de Justicia dio ayer su visto bueno a las medidas solicitadas por el Consell por lo que tanto el toque de queda de 1 a 6 de la madrugada en 32 municipios, como la limitación de reuniones a 10 personas en todo el territorio vuelven a estar vigentes.
En la provincia, la única ciudad afectada por esta decisión es San Vicente del Raspeig que ha pasado de 25 casos por 100.000 habitantes hace tres semanas a 190 ayer. Con todo, la inclusión de San Vicente por parte del Consell entre las ciudades con mayores restricciones fue recibida con sorpresa ayer por el alcalde Jesús Villar ya que no cree que tenga peores datos que otras localidades. «Es verdad que la incidencia está creciendo bastante rápido; pero no creo que seamos el municipio de la provincia de Alicante con peores datos. Pero si las autoridades sanitarias han considerado que es lo mejor para el municipio, acatamos la decisión y colaboraremos en la medida de nuestras posibilidades». Villar cree que es «una manera de cortar el crecimiento que estamos teniendo».
El alcalde hace un llamamiento a los vecinos porque «el virus sigue estando entre nosotros y hay que tener mucha precaución. Además Villar ha convocado una reunión del equipo de gobierno (PSOE-EU) para valorar si es necesario incrementar alguna medida a nivel local. Aunque advierte que no hay demasiadas opciones. «Sobre todo eventos que organiza el Ayuntamiento, valorarlos y ver si se continúa con ellos», incide.
Sobre las razones que han podido generar el incremento de casos, el alcalde explica que no ha habido brotes por acciones concretas. Sí apunta que en julio muchos vecinos se desplazan a las casas de campo, y se producen más reuniones de familiares y amigos «pero no teníamos constancia de algo que haya desencadenado esta subida tan importante», añade.
El toque de queda entró en vigor desde el momento de su publicación en el DOGV ayer por la tarde y estará en vigor hasta el 26 de julio.
Las dos limitaciones tienen como objetivo reducir los contactos sociales especialmente entre los jóvenes en los que se acumulan los mayores datos de incidencia al ser los que menos porcentaje de población está vacunada. Así, desde ayer mismo, 10 es el número máximo de personas que pueden reunirse tanto en el ámbito privado como en el espacio público en toda la Comunidad Valenciana, una forma de evitar que los brotes sean masivos y se formen fiestas en viviendas con las que esquivar el cierre del ocio nocturno.
También desde anoche existía en 32 municipios la restricción de movilidad nocturna entre la 1 y las 6 de la madrugada. De estos 32, todos tienen más de 5.000 habitantes y la mayoría (30) están en la provincia de Valencia mientras que en Alicante sólo figura San Vicente del Raspeig y en Castellón es Benicàssim.
Según los datos de la Conselleria de Sanidad del viernes, 30 de estas están por encima del considerado «riesgo extremo» con más de 250 positivos por 100.000 habitantes en las últimas dos semanas (todos excepto San Vicente y Buñol) y siete de ellos, entre los que está la ciudad de València con una tasa de 601 contagios, tienen índices que duplican este parámetro. En total, son más de 1,5 millones de valencianos y valencianas los que tendrán restringidas su movilidad desde la 1 de la madrugada hasta las 6.
Medidas rotundas
La Sala de lo contencioso-administrativo justificó su visto bueno a las peticiones del gobierno valenciano en que, hasta ahora, «la experiencia práctica» vista en las últimas semanas «pone de manifiesto» que medidas «más laxas que las que aquí se trata (el toque de queda y la limitación de reuniones) no han funcionado correctamente en relación al objetivo evidente que se persigue», que es evitar el incremento de casos de la covid.
Así, los magistrados del TSJ consideraron que ambas propuestas sanitarias eran «equilibradas», pues se derivan de ellas «más beneficios para el interés general -contención de la pandemia- que perjuicios sobre otros bienes o valores en conflicto», al tiempo que cumplen el «juicio constitucional de proporcionalidad». También se refieren a la expansión de la variante Delta (antes, india), el crecimiento exponencial de contagios, el aumento de hospitalizaciones y la «situación cercana de colapso que se está ya produciendo en los centros de Atención Primaria».
Pese a dar su aval a las medidas propuestas por la Conselleria de Sanidad y considerar que las medidas encuentran «suficiente cobertura normativa en la Ley Orgánica 3/1986, de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública», la sala reitera que lo «deseable» sería una legislación específica para evitar «problemas interpretativos» y «contradicción de criterios».
El auto del TSJ cuenta con un voto particular discrepante que consideraba que la medida del máximo de 10 personas para los encuentros sociales (salvo convivientes o dos núcleos familiares) debería afectar tan solo a los municipios con mayor incidencia igual que el toque de queda.
Los supermercados piden poder vender alcohol hasta las 22 horas
Las patronales de los supermercados cargaron ayer contra la prohibición de vender bebidas alcohólicas a partir de las 20 horas ya que consideran que se trata de una medida «injustificada» que no solo no evitará los botellones, sino que provocará «aglomeraciones» de consumidores con picos previsibles antes de dicha hora. Por ello, a partir de un comunicado conjunto entre diferentes asociaciones de estas entidades exigen su retira y que se mantenga dicha prohibición desde las 22.00 horas.
