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PSOE y Cs reúnen a sus posibles socios para sondear la moción de censura en El Campello

El portavoz naranja, que impulsa la operación desde el Ejecutivo, y el de los socialistas guardan silencio sobre las negociaciones, aunque hoy se mantiene la cita con otras fuerzas de la oposición

El portavoz de Cs, Julio Oca, y el alcalde de El Campello, Juanjo Berenguer.

Mutismo total y absoluto. Ésa es la vía por la que han optado los portavoces municipales de Ciudadanos y del PSOE en El Campello, Julio Oca y Vicent Vaello, respectivamente. Uno y otro han tirado por la calle de en medio y han decidido guardar silencio sobre las negociaciones que llevan abiertas desde hace unas semanas para tantear la viabilidad que tiene una moción de censura en el municipio. Lo que buscan es tratar de desbancar al PP -que en estos momentos, precisamente, gobierna con Cs y con Vox- y a su alcalde, Juanjo Berenguer (PP). Hasta el punto de que este periódico trató de contactar con ellos, sin éxito. Sin embargo, siguen sondeando las posibilidades de esta moción de censura impulsada por regidores que están en el Ejecutivo local. Tanto es así que este mismo viernes -festividad de la Virgen del Carmen- se ha convocado un encuentro con los posibles socios en esta operación.

Y todo después de la marejada que provocó en El Campello que saliera a la luz que la posibilidad de una moción de censura no sólo había cobrado fuerza en las últimas semanas, sino que dos ediles de Cs y del PSOE habían abierto negociaciones con otras fuerzas de la oposición. Una salida -la de forzar el cambio en el Ejecutivo local- que cuenta con las reticencias, hasta con el rechazo frontal, de las cúpulas de las formaciones clave en la operación. Algo importante si se tiene en cuenta que, en este tipo de maniobras, la última palabra siempre la tienen las direcciones de los partidos. Otra cosa es que los líderes locales de turno se tiren la manta a la cabeza, arriesgándose con ello a la apertura de expedientes y, por consiguiente, a la expulsión de sus formaciones. Una circunstancia a la que se une la posición de Compromís -cuyos apoyos son necesarios para que todo cuaje-, y que ya dejó claro el miércoles que sólo empezarían a negociar en serio si los regidores naranja abandonan el Gobierno municipal. Dicho de otro modo, y a día de hoy, la formación nacionalista se desmarca si no hay un movimiento de calado en el tablero.

La cúpula de Ciudadanos amaga con expulsiones, el PSPV se opone a pactos con tránsfugas y por ahora Compromís se desmarca

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Las relaciones entre el portavoz de Cs y el alcalde son complicadas desde hace tiempo, algo que también está teniendo repercusiones en el día a día. De hecho, los naranja se han venido desmarcando del PP en determinados temas -como, por ejemplo, los urbanísticos- prácticamente desde que arrancó el mandato. Sin embargo, el punto de no retorno -y la prueba evidente de la fractura en el seno del equipo de gobierno- se escenificó el pasado mes de marzo, cuando Cs se alió con una parte de la oposición para tumbar la modificación del convenio con Acuamed para el suministro de agua de la desalinizadora de Mutxamel. Se empezó, pues, a especular con una moción de censura que en las últimas semanas fue cobrando fuerza. Hasta el punto de que dos de los tres regidores de Cs y el PSOE comenzaron a explorar esta vía, incluso con conversaciones -fueran más o menos formales- con otras fuerzas.

La reunión de este viernes, en cualquier caso, llega pese a la posición que han adoptado las piezas clave en esta operación en los últimos días. De un lado, desde la cúpula de Cs ya han amenazado con expulsar a los ediles que rompan el pacto de gobierno con el PP, lo que los convertiría en tránsfugas. Eso, a su vez, complica la posición del PSPV. Los socialistas valencianos siempre han mantenido que uno de sus objetivos prioritarios pasa por recuperar alcaldías, pero no al precio que sea. Un pacto con regidores no adscritos los pondría en un brete: les forzaría a saltarse el pacto antitransfuguismo y, de paso, echaría por tierra una de las principales líneas de ataque contra el presidente del PPCV, Carlos Mazón.

Por si eso ya no era suficiente, uno de los socios necesarios para que la maniobra se materialice, Compromís, también se desmarcaba el miércoles de la jugada, al menos de momento. Su argumento, más allá de los reparos que su cúpula pueda poner en un momento dado a un acuerdo con tránsfugas, era claro: sólo empezará a negociar si los regidores de Cs abandonan el tripartito. De lo contrario, consideran que la moción no está justificada y que es un «cambio de cromos». Unos razonamientos que, además, este jueves respaldaron desde la ejecutiva nacional de Compromís. Y el problema es que sin la formación valencianista los números no dan: PP, Vox y Cs suman en estos momentos once concejales, y el PSOE tiene cuatro ediles; Compromís, tres; y EU, Podemos y Red un regidor cada uno.

La guinda al pastel la ponía a primera hora de la tarde del jueves el portavoz de Esquerra Unida, Pedro Mario Pardo, con un mensaje en redes sociales en el que atacaba a Mazón y al coordinador provincial de Cs, Javier Gutiérrez, pero también dejaba entrever que, hoy por hoy, tampoco ve muy factible que la moción de censura prospere. Otra cosa es que pueda haber un cambio de guion que lo trastoque todo. De momento, habrá que ver qué pasa en la reunión que se ha convocado para este viernes.

Pardo (EU) carga contra Mazón, pero duda de la viabilidad de la operación

Sí se pronunció públicamente, en Facebook, el portavoz de EU, Pedro Mario Pardo, con un texto en el que le afeó al presidente del PPCV, Carlos Mazón, que avalara tres mociones en siete meses, a lo que apostilló que «no creo que pase nada en El Campello, pero con su historial y con noticias como la de hoy -por el jueves-, lleve cuidado no vaya a ser que sus temores se cumplan». De paso, le recordó los proyectos pendientes que tiene la Diputación de Alicante en El Campello.

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