Convertir las tierras abandonadas o aquellas que sus dueños quieran ceder o alquilar para que otras personas puedan cultivar en ellas. Es el objetivo que se ha propuesto la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig, motivada por el éxito que los huertos urbanos tienen en San Vicente. El área ha iniciado los trámites para crear un «banco de tierras» para permitir un nuevo aprovechamiento de vecinos para que estas tierras puedan cultivarse.
Medio Ambiente justifica esta necesidad señalando que el crecimiento poblacional de San Vicente del Raspeig como núcleo urbano, así como la proliferación del diseminado, la escasez de infraestructuras hidráulicas y la falta de sustitución generacional en el campo, ha traído consigo el abandono de muchas tierras. Y de hecho, zonas que han sido tradicionalmente agrícolas son hoy terrenos baldíos o zonas abancaladas abandonadas.
Indican que el «abandono» tiene consecuencias socioeconómicas y ambientales porque supone una mayor erosión y degradación del paisaje. También un incremento del riesgo de incendio y una disminución de la biodiversidad. El edil Alberto Beviá señala que el primer paso es hacer un estudio preliminar del estado de las diferentes parcelas del municipio que puedan albergar trabajo agrícola.
