A los vecinos de la urbanización Río Park de Mutxamel se les multiplican los problemas. Los residentes reclaman los servicios básicos con los que no cuenta esta zona residencial de Mutxamel en la que hay medio millar de casas. Llevan años haciéndolo. Años pidiendo al Ayuntamiento contar con servicios básicos, y el primero de ellos el alcantarillado. Y exigiendo la limpieza de los solares que rebosan maleza y que temen que llegue a prenderse fuego. Ahora, a todos los problemas se le suma una preocupación nueva, la de las okupaciones de viviendas.
De ambos problemas es consciente el Ayuntamiento. Y de ambos asegura estar tomando medidas. Sin embargo, los vecinos claman desesperados y recientemente se han manifestado frente al consistorio reclamando soluciones.
Los vecinos temen un efecto llamada tras la usurpación de casas y el alcalde asegura que lo están frenando
«Para el Ayuntamiento somos belicosos», lamenta el presidente de la asociación vecinal, José Molina, «pero el abandono de esta zona es evidente. Reclamamos los servicios básicos y limpieza de solares. Al lado del centro social los matorrales alcanzan los dos metros. Tenemos las aceras llenas de maleza y no sé por qué tenemos que estar así», se lamenta. Los vecinos sienten impotencia ante el «olvido» al que se sienten sometidos. «Estamos contaminando el suelo, tenemos pozos ciegos en lugar de alcantarillado. Nos dicen que para hacerlo tienen que pasar contribuciones especiales. Que las pasen, pero que den el servicio que por ley nos pertenece», reclama Molina.
Desde el Ayuntamiento aseguran haber recibido el mensaje que transmitieron los vecinos con su manifestación. El concejal de Urbanismo, Vicente Gomis, señala que el saneamiento en la zona está encima de la mesa y añade que ahora mismo se está dando impulso a la ordenanza para tramitar el cobro de las contribuciones especiales.
Asegura que la empresa municipal del suelo está redactando «el proyecto de obra para la extensión del colector de saneamiento para la parte consolidada que reclaman los vecinos. Y recalca que sin las contribuciones especiales no es posible hacer la obra y que al menos el 80% de vecinos debería estar dispuesto a pagar; a la vez que teme que no haya «tanto consenso».
A la falta del alcantarillado se une el miedo a que se produzca un efecto llamada debido a las okupaciones de viviendas. El alcalde y concejal de Seguridad, Sebastián Cañadas, reconoce que se han producido okupaciones. Y tranquiliza a los vecinos asegurando que están encima de la situación para evitarlo. Afirma que la Policía Local acude cada vez que hay una llamada, que ya se han frenado intentos de okupación y que hay controles para evitarlos. Cañadas reconoce que actualmente hay dos casas okupadas, una de ellas hace pocas semanas, de una familia extensa. Y añade que los agentes están haciendo identificaciones para intentar paliar al problema.
