Como todo proyecto emblemático que se precie, la propuesta de configurar una gran reserva marina de interés pesquero en aguas de El Campello tiene defensores y detractores.

El proyecto fue expuesto a las entidades interesadas por el subdirector general de Pesca, Francisco Beltrán, para su conocimiento y recepción de propuestas y observaciones. El Ayuntamiento de El Campello, capitaneado por el propia alcalde Juanjo Berenguer y la concejala de Turismo y Pesca Marisa Navarro (PP) convocó una reunión el 30 de octubre pasado con los representantes de todas las entidades afectadas.

Partidarios

Así, desde la Cofradía de Pescadores se valoró muy positivamente la propuesta, pero puso sobre la mesa disminuir ligeramente la superficie de reserva integral, variando su delimitación respecto a los límites del sur, de la Illeta dels Banyets, al límite norte de la Playa del Amerador, y ampliando sus límites exteriores.

Los técnicos consideraron compatible la propuesta, ya que al desplazar la reserva integral hacia el norte, se habilita una zona de amortiguación, no quedando expuesta de forma directa a los usos de pesca y navegación.

Desde la empresa de buceo deportivo se valoró también positivamente la propuesta, y se propuso ampliar el número máximo de permisos de buceo con escafandra autónoma de 15 a 20 buceadores por día en la reserva integral. La propuesta se planteó con vistas a la posible llegada de nuevas empresas o clubes de buceo interesados en visitar los fondos de El Campello, y fue aceptada.

Detractores

Desde la Asociación de usuarios de amarres públicos del puerto (AUAP), se valoró negativamente la propuesta, reclamando mayor espacio para la libre navegación y la pesca deportiva, una reducción de límites de la reserva, y autorizaciones de 6 días por mes y por embarcación con puerto base en El Campello para pescar en la reserva.

Los redactores del proyecto no consideran justificada la opción de facilitar un corredor para la navegación y desarrollo de la pesca deportiva de 0 a 15 m profundidad, ya que la propuesta de reserva marina de interés pesquero, no impide la navegación por sus aguas, ni siquiera en su reserva integral. Por otra parte, el estudio técnico efectuado determinó que en tal espacio (a menos de 15 m de profundidad), se encontraban la mayor parte de las praderas de posidonia oceánica en buen estado de conservación, por tanto, excluir tal área del proyecto de reserva la desvirtuaría en gran medida.

Con respecto a la disminución de la reserva planteada, limitándola tanto en profundidad como en amplitud, se considera que tal modificación supondría una superficie de 1.812 hectáreas, frente a las 2.296 actuales, perdiéndose la mayoría de praderas y por tanto la mayor parte de su principal hábitat que sirve de refugio y cría de especies, a la vez que se perdería la mayor parte de la zona protegida de amortiguamiento en torno a una reserva integral.

En lo que concierne a establecer un cupo para la pesca deportiva en el interior de la reserva de hasta 6 días por embarcación, supondría la autorización potencial de más de medio millar de embarcaciones, algo que se traduciría en un elevado número de embarcaciones, de difícil control.

Por último, el Club Náutico también discrepa del proyecto, argumentando un potencial riesgo para sus intereses, que basan en una supuesta prohibición a la navegación en las aguas de la reserva, que impediría tanto la navegación como el desarrollo de sus actividades deportivas, así como la limitación de ciertos eventos de pesca deportiva tradicionales.

Por ello, la entidad pedía reubicar la reserva integral y eliminar el resto de la reserva, situándola entre Cala Baeza y la Torre del Charco, hasta los 15 metros de profundidad, con prohibición de pesca tanto para la pesca profesional como para la deportiva, con instalación de fondeos ecológicos en puntos de interés turístico, y autorización a la navegación sin restricciones o fondear balizas temporalmente.

Dichas argumentaciones son rebatidas por los técnicos por considerarlas carentes de fundamento, ya que la propuesta de reserva marina de interés pesquero no prohíbe la navegación, ni siquiera en su parte integral. En cuanto a las limitaciones para la pesca deportiva desde embarcación, se limitan a ciertas modalidades, concretamente el volantín con sus variantes y el curricán de fondo. Por otro lado, se aclara que la reserva proyectada afecta a una parte del litoral de El Campello, quedando la zona al sur del puerto y a partir de los 40 metros de profundidad, sin afección.

El proceso de alegaciones ha supuesto desplazar y limitar la reserva integral, que queda ahora en 324 hectáreas, lo que suponen el 11% del área total de la reserva, una proporción idónea según los estándares de Naciones Unidas para las áreas marinas protegidas.