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La obra del pabellón de San Vicente se ralentiza al no llegar materiales

La UTE advierte de un «aumento sin precedente» de los precios, Urbanismo pide cuantificarlo y PP y Cs temen que suponga sobrecostes

Recreación virtual del pabellón, que está dominado por las cristaleras. | INFORMACIÓN

Al Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig le suceden los contratiempos. Ahora con el proyecto estrella de éste y el anterior mandato. Las obras del pabellón polideportivo en construcción se han ralentizado. Este verano la actividad ha sido mínima, actualmente «el ritmo es lento», como ha constatado el área de Urbanismo que dirige, Jesús Villar.

Estado actual de las obras del pabellón de San Vicente que se iniciaron en octubre pasado. | INFORMACIÓN

Y los grupos de la oposición de Ciudadanos y el grupo municipal Popular, temen además de que la obra con un presupuesto de 7,1 millones de euros, vaya a experimentar un sobrecoste. Y ello porque a finales de julio la empresa envió un escrito al Ayuntamiento advirtiendo de un incremento de precios de la materias primas y un retraso de los proveedores en la entrega.

La UTE Tecopsa–Aitana que está realizando los trabajos advierte de una subida de los materiales «sin precedentes» e informa al consistorio de esta circunstancia en un escrito del 21 de julio.

Ha sido tras el pleno extraordinario de septiembre, y tras una pregunta del grupo Popular, cuando el alcalde anunció un requerimiento a la mercantil par que cuantifique estos aumentos.

Este viernes el primer edil reconocía que el ritmo sigue ralentizado y también que están a la espera de que la empresa haga una valoración económica de esos aumentos de precios de los materiales a los que se refiere.

Villar señala que una vez que la UTE justifique esos incrementos serán los servicios técnicos los que tienen que valorar «si hay posibilidad de atender estos razonamientos».

Para el alcalde y responsable de Urbanismo esta es «una situación sobrevenida» y advierte que «la obra no puede quedar a medias y se tendrán que estudiar las posibilidades». Villar indica que «la intención es ajustarse al proyecto y a la valoración económica aprobada». Y añade que se debe de comprobar si «legalmente es posible» asumir esos costes de más. A la vez que apunta que este estudio no puede basarse únicamente en lo que indican los contratistas. «Ellos nos dicen que los precios se han disparado», apunta. Y admite que esta situación podría conllevar un retraso de los plazos previstos. «Puede suponer una ralentización, y el problema es que tenemos una gran necesidad de instalaciones deportivas en San Vicente y los deportistas serán los principales perjudicados». A la vez que pide «que no se ligue este retraso a motivos electoralistas. Los trámites administrativos ya fueron muy largos y la obra acabará cuando tenga que ser», sentencia.

El pabellón es una de las obras más costosas de los últimos años en San Vicente. Está presupuestado en 7,1 millones de euros y su pago ocupa la mayor parte del capítulo de inversiones de los presupuestos de este año, 4,1 millones, y de los próximos. De ahí que algunos grupos de la oposición comienzan a temer que esta situación además de añadir un nuevo retraso en hacer realidad este edificio (tardó 6 años en materializarse), suponga un sobrecoste. En el propio equipo de gobierno, Esquerra Unida fue muy crítico en el anterior mandato con el montante de esta infraestructura.

El portavoz de Ciudadanos, Pachi Pascual, ha explicado que «nuestro grupo, a diferencia de otros, siempre ha votado a favor del pabellón porque los clubes y los deportistas lo necesitan, si bien es cierto que nos preocupa este posible sobrecoste de las obras porque puede afectar a otras inversiones que los vecinos también reclaman». Recuerda que «el pabellón ya va a costar mucho más de lo que el equipo de gobierno dijo en un principio, además todo ello del presupuesto municipal porque no han conseguido financiación de otras administraciones, por lo que estaremos muy vigilantes para que cualquier sobrecoste esté plenamente justificado y con todos los informes técnicos favorables».

En los mismos términos se manifiesta el portavoz del PP, Óscar Lillo, quien exige al Ayuntamiento «que cumpla el contrato y sus condiciones» y considera que es la empresa la que debe asumir los imprevistos: «si los materiales bajan ¿devolverían dinero?», se pregunta.

El edil reprocha a la vez que el equipo de gobierno haya perdido tiempo, en gestionar este asunto, ya que desde que en julio la UTE advirtió del aumento del coste de los materiales «han dejado pasar dos meses para pedir el informe a la empresa». «El alcalde mira para otro lado, no asume las riendas de una ciudad de 60.000 habitantes que necesita gestionar y no funcionar por inercia», critica.

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