Fiesta ilegal a lo grande de tres días en el Fun West, la finca que acoge una réplica de un poblado de Lejano Oeste en El Campello. Unas 1.300 personas asistieron al evento pese a las restricciones por el covid-19 y carecer de licencia para la actividad ni permiso de las autoridades. La Guardia Civil, la Policía Autonómica y la Policía Local pusieron en marcha un operativo el sábado que se levantó sobre las 19.00 horas del domingo, para controlar accesos y evitar altercados en este recinto de la zona norte. Y es que los agentes no podían acceder al recinto sin orden judicial al ser una propiedad privada, además de poder representar un problema de seguridad por la gran cantidad de personas. La Policía Autonómica levantó acta por esta celebración sin permiso, según explicaron desde la Generalitat, mientras que la Guardia Civil realizó controles de alcoholemia y drogas e identificó a cientos de asistentes a la salida. Los positivos por drogas y alcoholemia de los conductores fueron numerosos, y además se procedió a detener al menos a tres personas, según el Instituto Armado.
Una mujer fue arrestada tras su identificación, al estar reclamada por un juzgado de Madrid. Y un hombre de 29 años y una joven de 19 también fueron apresados acusados de tráfico de drogas, desobediencia y resistencia a la autoridad. Los agentes se incautaron de al menos de 28 pastillas de estupefacientes, 10 gramos de marihuana y varias dosis de cocaína entre los asistentes. El evento se convocó a través de redes sociales y el boca a boca, con asistentes de la provincia, Valencia, Andalucía y Murcia. La entrada era de 10 euros, aunque según avanzó la madrugada del domingo el precio fue subiendo, según explicaron varios asistentes. A las 14.00 horas del sábado, tras descubrirse la fiesta por el gran trasiego de coches, se puso en marcha un dispositivo para evitar que siguiera entrando gente, aunque en la mañana del domingo sí que se permitía el acceso. Eso sí, a la salida eran todos identificados y se realizaban controles a los conductores.
Desde el Ayuntamiento señalaron que la Policía Local se limitó a colaborar con la Guardia Civil, aunque también destacaron que se trataba de una fiesta ilegal, ya que el Fun West carecía de licencia para esta actividad. Y la Guardia Civil señaló que la responsabilidad de la fiesta ilegal recaerá en la organización, no en los participantes. Al parecer, la finca está alquilada y se trata de localizar a las personas que han organizado el evento. Igualmente la Guardia Civil confirmó que no se había pedido autorización y que la fiesta era ilegal. Sobre las 14.00 horas del domingo aún había cientos de coches y unas 500 personas en las instalaciones disfrutando de la fiesta en la pista de baile al aire libre, en el «saloon» del Fun West y en el propio parking. Además, el sábado se produjeron grandes colas en el acceso, y muchos vehículos estacionaron en el camino e incluso en el carril de incorporación a la N-332, motivo por el cual también fueron denunciados numerosos coches. A las 19.00 se dio por terminado el operativo tras irse casi toda la gente.
Precedente en pandemia
Hace un año la Guardia Civil ya intervino en esta finca por otra fiesta ilegal de tres días, desalojando el Fun West y denunciando a 89 de los 200 asistentes por la normativa anticovid.