La huerta de Alicante sigue recuperando cultivos gracias al agua depurada del área metropolitana de la capital, en algunos casos en fincas donde hace años se proyectaban miles viviendas. La comarca ha aumentado en cuatro años la superficie en explotación en más de 35%, buena parte gracias a empresas hortofrutícolas de la Vega Baja y Murcia que trasladan sus cultivos a zonas donde tienen el caudal garantizado, para no vivir pendientes del menguante trasvase del Tajo-Segura.
La última gran finca que se ha puesto en marcha abarca 110 hectáreas entre Mutxamel y Xixona, en el término de Alicante, junto a la CV-800. Y se desarrolla en una zona donde se proyectaban hace casi dos décadas 15.000 viviendas en suelo rústico que se pretendía recalificar, sin éxito, en la zona del Vergeret. Al lado, pero ya en término de Xixona, se llegó a aprobar entonces otro PAI de 2.300 viviendas, que no se llegó a desarrollar por la crisis inmobiliaria de 2008. Ahora, una empresa de la Vega Baja ha acondicionado otras 110 hectáreas de terrenos agrícolas con plantación de limoneros. Y no es la primera firma hortofrutícola del sur de la provincia o de Murcia que se traslada a l’Alacantí para recuperar cultivos.
Para ello, el agua depurada está siendo fundamental para que la fértil y extensa huerta de Alicante vuelva a crecer. Un caudal que ha además se ha incrementado en 2021. Tras años de reivindicaciones, la Comunidad de Regantes Sindicato de Riegos de la Huerta de Alicante empezó a primeros de 2021 a recibir una parte del agua de la depuradora l’Alacantí Nord, en Sant Joan, que hasta entonces echaba al río Seco-Montnegre toda su producción por la falta de una infraestructura para bombearla al Pantanet de Mutxamel para los regadíos. Unos caudales que complementan a los que ya reciben de aguas depuradas desde la depuradora de Orgegia, y que están siendo claves para que el paisaje de la comarca esté cambiando poco a poco, con fincas yermas en las que vuelve a brotar la vida.
Desde la comunidad de regantes explican que este nuevo suministro les permite garantizar mayor volumen de agua para riego, recordando su presidente Francisco Vidal que «varias empresas productoras-exportadoras de hortalizas con cultivos en Murcia y la Vega Baja se han establecido en la comarca de l’Alacantí en los últimos años, poniendo en producción terrenos que llevaban años sin cultivarse, y creando empleo y riqueza en la zona».
En los últimos tres años se han establecido tres firmas foráneas que han puesto en cultivo cerca de 250 hectáreas de hortalizas, principalmente de alcachofas y brócoli. Y a estas recientemente se ha sumado otra empresa de la Vega Baja que ha acondicionado otras 110 hectáreas para la plantación de limoneros en cultivo ecológico. Así, en cuatro años se ha pasado de unas 1.100 hectáreas en cultivo a 1.500, aunque Vidal reconoce que si no se mejora en los próximos años la calidad de las aguas depuradas, es difícil que se siga creciendo.
Vidal destaca que «estos nuevos cultivos están recuperando el paisaje agrícola tradicional de la comarca que, por el déficit estructural de agua para riego, se habían abandonados durante las últimas dos décadas».
Pantano de Tibi y salinidad
Y es que el Sindicato de Riegos «es pionero en el uso de aguas regeneradas para el riego, desde que no podemos disponer de las aguas tradicionales provenientes del Pantano de Tibi, ya que su alta salinidad no la hacen adecuadas para los cultivos».
El objetivo del Sindicato de Riegos es obtener el agua de riego necesaria para poner en valor los terrenos agrícolas existentes en la comarca, pero a pesar de reutilizar un gran volumen de agua regenerada, mucha clase de cultivos de hortalizas y cítricos no puedan utilizarla por su concentración de sales, por lo que un gran volumen del agua que se regenera en la depuradora de Orgegia (Alicante) se sigue vertiendo al mar. «Es por ello que llevamos años reclamando a la Generalitat la instalación de un sistema de microfiltración, desalación y regulación que complemente el tratamiento terciario de las aguas depuradas en la EDAR Orgegia, para así poder llegar a reutilizar el 100 % de las aguas depuradas y evitar su vertido al mar», recordó Vidal.
