La Asociación Alicantina Síndrome de Down prepara un escrito de denuncia que presentará en Fiscalía para que investigue la presunta vulneración de los derechos fundamentales de varios jóvenes con síndrome de Down por parte de una bolera de San Vicente que no les permitió, presuntamente, usar unas colchonetas sin la compañía de un adulto pese a ser mayores de edad, autónomos y con plena capacidad jurídica, tal y como explicaron sus familias a este diario.
La directora de la asociación y trabajadora social, Pilar Hernández, señala que es «misión» de la misma interceder por las familias, que pusieron los hechos en conocimiento de la entidad. Mientras tanto, el propietario del establecimiento abundó en que continúa la averiguación de hechos, que han pedido perdón a las madres y que está disgustadísimo, así como que lleva 20 años dirigiendo la bolera de San Vicente, donde acuden niños de todas las asociaciones a jugar a bolos, jumping y otros entretenimientos que ofrecen gratuitamente.
Los hechos tuvieron lugar, según el relato de las familias, el sábado durante la celebración del 20 cumpleaños de Juan Camilo, uno de los jóvenes con síndrome de Down en el local de ocio Ozone Bowling. Él mismo se acercó al mostrador a comprar las entradas para las colchonetas «y le dijeron que no podía saltar sin estar acompañado de sus padres. Les comenté que es mayor de edad y que tenía derecho a entrar solo pero indicaron que al sufrir una discapacidad tenía que acceder con un adulto», explicó su madre, Amparo Gómez, vecina de la Playa de San Juan. «Lo consideramos discriminatorio. La chica dijo que es política de empresa pero a la vista no hay carteles donde lo ponga. Pedí la hoja de reclamaciones y estábamos todos de acuerdo». En la zona de colchonetas hay carteles con las normas de uso y en uno de los puntos se indica que «los niños con discapacidad deben ser acompañados por un adulto». Los chavales que querían saltar son mayores de edad.
Los jóvenes que celebraban el cumpleaños en la bolera, lugar al que acudían asiduamente, eran siete, de ellos tres con síndrome de Down; al menos una joven con trastorno del espectro autista (TEA) y otros chavales sin discapacidad intelectual. Todo el grupo renunció a hacer uso de las colchonetas al conocer las indicaciones de la bolera. En el lugar se encontraban algunos padres y otros parientes; y tres de las familias decidieron interponer una queja en ese mismo momento en el libro de reclamaciones del establecimiento al entender que sus hijos sufrieron un trato «injusto y discriminatorio», en concreto las madres de dos de los chicos con Down, ambos de 20 años, y de la chica con TEA, de 21 años, testigo del presunto «veto» al acceso a las colchonetas sin la supervisión de un adulto.
Expulsión de un pub
Las familias pusieron los hechos en conocimiento de la Asociación Alicantina Síndrome de Down por si se pudieran desprender responsabilidades judiciales. Esta entidad ya presentó una denuncia en 2010 contra un céntrico pub de Alicante tras la expulsión de 13 jóvenes con síndrome de Down durante una salida organizada por la asociación. En aquella ocasión, el encargado del establecimiento preguntó a los monitores que acompañaban al grupo si tenían intención de permanecer mucho tiempo. Al recibir una respuesta afirmativa, el encargado les dijo que se iban a tener que marchar. El caso acabó en la Fiscalía, que cerró un acuerdo con el acusado para que no dirigiera el local por un periodo de un año.
Además de Amparo Gómez, madre del joven que celebraba su cumpleaños en la bolera, firmó en la hoja de reclamaciones M.M.T., madre de Néstor, con síndrome de Down pero que, como explica su progenitora, es completamente autónomo como prueba el que está estudiando FP y acaba de regresar de Eslovenia de Erasmus. Esta vecina de Mutxamel abundó en que su hijo es mayor de edad y no tiene limitada la capacidad jurídica. «Con mi hijo había otros amigos, unos con discapacidad y otros no. Solo han limitado el acceso a los que tenían rasgos físicos de su discapacidad (...) Esto es discriminación pura y dura y de la más cruel. Hemos reclamado y emprenderemos todas las vías legales».
Amor Ortega es la tercera madre que firmó la queja en la hoja de reclamaciones. En este caso su hija padece trastorno del espectro autista. «Ella fue a las colchonetas y volvió enseguida. Nos llamó la atención. Les habían dicho que no podían saltar en las colchonetas si no era con una persona adulta». También abundó en que todos son mayores de edad, ninguno está incapacitado ni tienen impedimento físico. «Decidimos poner una reclamación porque nos pareció injusto y discriminatorio. Con esto intentamos que no vuelvan a ocurrir cosas así».
El bowling invita al grupo a disfrutar de las instalaciones
La madre de uno de los jóvenes de 20 años con síndrome de Down dijo ayer que el dueño y su hijo les han llamado para pedirles disculpas y decirles que verán qué personas han actuado así, y que cuando quieran están invitados al establecimiento, algo que de momento declinan.