La campana del Ayuntamiento lanza cada hora un exorcismo para proteger Alicante del Maligno

Una inscripción en latín reproduce la oración que el instrumento, de 1699, emite para preservar a la ciudad del Diablo - Según un trabajo del profesor de la UA Antoni Biosca, contiene imágenes de la Virgen del Remedio, San Nicolás, la Santa Faz y San Roque

F. J. Bernabé

F. J. Bernabé

Todos los alicantinos sabemos que en lo más alto de la torre del reloj del Ayuntamiento de Alicante una gran campana suena cada hora. Pero no todos han visto alguna vez imágenes de cerca de esa campana cuyas inscripciones indican que fue fundida en 1699, y muy pocos son conocedores de un hecho del todo sorprendente, y es que lleva inscrito un exorcismo que lanza al aire cada vez que suena para proteger a la ciudad del Maligno.

Según un trabajo realizado por el profesor de Latín de la Universidad de Alicante Antoni Biosca y publicado en la revista Saó, en esos años «era habitual añadir oraciones o imágenes de santos sobre las campanas para transmitir con el sonido la bendición de la imagen o la oración. Las inscripciones que pueden aparecer sobre las campanas históricas son muy variadas. Algunas incluyen frases que describen en primera persona el papel propio de la campana, como si ella misma nos lo explicara».

Es el caso de una de las campanas de la concatedral de San Nicolás de Alicante, fundida en 1826, que tiene la inscripción latina «Laudo Deum, convoco clerum, defunctos ploro, nimbumque fugo», que significa «Alabo a Dios, convoco el clero, hago llanto por los muertos y hago huir las nubes». Biosca explica que otras campanas de esta iglesia alicantina llevan escritas breves oraciones, como es el caso de la campana de 1846, que muestra «Santa Maria, ora pro nobis» («Santa María, ruega por nosotros»), o la inscripción de la campana de 1681, «Si Deus pro nobis, quis contra nos» («Si Dios está a favor nuestro, ¿quién puede estar contra nosotros?»).

Pero la más llamativa de todas las campanas alicantinas es sin duda la ubicada en la torre del reloj del edificio consistorial. Es una campana voluminosa y pesada, de aproximadamente tonelada y media de peso. Las inscripciones indican que fue construida en 1699 por la ciudad de Alicante para su uso público municipal.

Tiene varias inscripciones e imágenes. Antoni Biosca cuenta que «está sostenida por asas con figuras que representan por cuadruplicado el rostro de un animal monstruoso, parecido a un dragón con una gran nariz. Quizás este animal esté relacionado con el contenido apocalíptico del texto de la campana, pero es probable que se trate solo de un elemento decorativo». La campana tiene dos franjas de texto y está adornada con imágenes de diferentes tamaños, de las cuales destaca una gran cruz latina con pedestal. En la parte superior hay cuatro imágenes pequeñas directamente relacionadas con la religiosidad de Alicante: la Santa Faz, la Virgen del Remedio y San Nicolás, y una cuarta imagen de identificación más dudosa, que podría ser San Roque.

«Huid enemigos»

Una de las inscripciones explica la fecha de construcción y los nombres de las autoridades de la época. La otra inscripción muestra el contenido religioso: «Ecce crucem Domini fugite partes adversae vicit leo de tribu Juda. Radix David alleluia alleluia. Auxiliet Maria auxiliet Nicolaus», cuya traducción literal sería: «He aquí la cruz del Señor, huid enemigos, ha vencido el león de la tribu de Judá, la raíz de David. Aleluya, aleluya. Que ayude María, que ayude Nicolás». Se pide auxilio a María y a San Nicolás de Bari, patrones de la ciudad, así como a la raíz de David, «haciendo referencia a Jesús como heredero del trono de Israel que había ocupado antiguamente el rey David. Radix David, como león de la tribu de Judá, es un epíteto aparecido en el Apocalipsis para referirse a Jesús, un tipo de enfrentamiento contra las fuerzas del mal para derrotarlas», subraya el profesor de la UA.

La oración latina de la campana tiene su propia historia particular. Se trata de una brevísima forma de exorcismo. «Se puede encontrar, por ejemplo, en el manuscrito latino 3.576 de la Biblioteca Nacional de Francia, del siglo XIII, donde aparece como recitación para derrotar a Satanás: «He aquí la cruz del Señor, huid enemigos, ha vencido el león de la tribu de Judá, la raíz de David, aleluya, aleluya, Santo, Santo, Santo, Cristo, recuérdate de nosotros, amén, recuerda, Satanás, que te ordeno te rindas por un castigo». Igualmente, la crónica del siglo XII de la abadía de Saint-Hubert narra que el prior expulsó al Demonio del claustro con este ruego, y el inglés Herbert de Bosham, del mismo siglo, aconsejaba añadir el ruego sobre las banderas para derrotar a las fuerzas malignas», cuenta Antoni Biosca.

Influencia franciscana

Es muy posible que este ruego se grabara sobre la campana alicantina por influencia de los franciscanos, puesto que la tradición popular narraba que San Antonio de Padua había practicado un exorcismo sobre una joven que sufría el ataque del Demonio en forma de un falso Jesucristo que le pedía que se suicidara. «Cuando estaba cerca de cometer suicidio, rogó a san Antonio que le ayudara, y él le dio una estampa con este ruego. La mujer quedó inmediatamente liberada. El éxito del exorcismo tuvo una especial devoción entre los franciscanos, y el papa Sixto V, que era franciscano, ordenó en 1586 que grabaran el ruego al pie del obelisco de la plaza de San Pedro del Vaticano, donde se puede contemplar hoy», explica Biosca.

Así, hace ya más de tres siglos que esta campana con imágenes religiosas alicantinas, cada hora lanza desde la torre del ayuntamiento un exorcismo para proteger a la ciudad y evitar la influencia del Demonio sobre nosotros. Su eficacia o no, es otra historia.

La inscripción reza: «Ecce crucem Domini fugite partes adversae vicit leo de tribu Juda. Radix David alleluia alleluia. Auxiliet Maria auxiliet Nicolaus», que traducido significa: «He aquí la cruz del Señor, huid enemigos, ha vencido el león de la tribu de Judá, la raíz de David. Aleluya, aleluya. Que ayude María, que ayude Nicolás».