Xixona no podrá disfrutar por tercer verano seguido de los baños en El Salt. Este popular paraje se mantiene clausurado desde que se produjo un derrumbe hace dos años y medio, y el proyecto que tramita desde entonces el Ayuntamiento aún no se ha podido licitar por los retrasos sufridos. Así, los chapuzones en sus refrescantes pozas tendrán que esperar al próximo verano, cuando se confía pueda estar ejecutada la consolidación de la zona afectada.
El primer proyecto redactado situaba el coste de la actuación a realizar en 250.000 euros, aunque el encarecimiento de materiales por la crisis originada por la guerra de Ucrania ha obligado a revisarlo, por lo que se está actualizando con los precios vigentes. Así, pese a que el dinero estaba presupuestado, ahora falta por ver en cuánto se incrementa el coste, según ha explicado la edil de Obras Públicas María Teresa Carbonell.
Este ha sido el último contratiempo, pero no el único. La pandemia y sobre todo el ataque informático al Ayuntamiento registrado el año pasado, y que dejó durante meses paralizado el Consistorio y cuyos efectos aún se sufren por la pérdida de documentación, han demorado dar una solución para este emblemática cascada donde todos los veranos decenas de personas se daban un chapuzón, hasta los dos derrumbes registrados en noviembre de 2019 y enero de 2020.
El Consistorio ya dispone del permiso de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y de la Conselleria de Transición Ecológica para cometer la obra, y en cuanto esté revisado el proyecto y se vea si hay que incrementar la dotación presupuestaria, se procederá a abrir un concurso de licitación para las obras.
Este popular enclave sufrió un pequeño derrumbe en noviembre de 2019 que llevó al Ayuntamiento ha cerrarlo por precaución y encargar un estudio geológico para valorar su estado y actuaciones a realizar. Pero dos meses después se registró un gran desprendimiento, que mantiene la zona clausurada por motivos de seguridad.
Por ello, el Consistorio encargó un anteproyecto que estimaba el coste de la obra en torno a 250.000 euros, redactándose después el proyecto para consolidar tanto la pared donde se registró el suceso como la opuesta, donde se ubica el sendero que baja hasta las pozas, para evitar así que puedan haber nuevos derrumbes en esta zona de baño. Y ahora ese proyecto está en revisión para actualizar precios, por lo que se va a ver encarecido.
De esta forma, por tercer verano consecutivo xixonencs y visitantes no van a poder disfrutar de un baño en este enclave turístico de gran valor medioambiental, ni su espectacular salto de agua de más de 20 metros -aunque en verano es difícil verlo-, en cuya poza mana el agua todo el año, ni de sus charcas, así como de sus cangrejos, peces y tortugas. Con suerte, hasta el verano de 2023.