Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

De lobo de mar a actor a los 97 años

Rafael Galvañ, decano de los pescadores de El Campello, protagonizará un documental del grupo Salpassa donde se mezclarán sus vivencias en la mar con la guerra de Ucrania. El colectivo busca hacer visible el drama de los refugiados, rememorar las tradiciones locales relacionadas con la pesca y rendir un homenaje a sus marineros

Rafael Galvañ, el decano de los marineros de El Campello Mirella Soler

Curtido en viajes de 1.400 kilómetros en condiciones infrahumanas en barcos a vela, Rafael Galvañ se embarca a sus 97 años en otra aventura: convertirse en actor, con la guerra de Ucrania de trasfondo. El decano de los marineros de El Campello ha celebrado en julio su aniversario rodeado de los familiares más allegados, preparando su papel protagonista en el documental que ha programado el grupo local Salpassa para el próximo otoño.

Así, "Rafel Felip" acaba de ser "fichado" para una obra en la que se mezclarán sus vivencias en la mar, que son muchas y se remontan a sus inicios como marinero en los años 30, con la invasión rusa.

Una entrevista para un proyecto patrimonial con la Universidad de Murcia y su destacada participación, en octubre pasado, en el acto de presentación del libro "Esplendor i ocàs del Pòsit pescador del Campello", del que fue protagonista, llamaron la atención de director de Salpassa, quien le hizo una propuesta y Rafael Galvañ, no dudó ni un instante en aceptar el reto.

Salpassa es un colectivo alumbrado en 1986, en El Campello, con el propósito de dar una visión diferente del folclore que hasta esas fechas estaba desarrollándose en las comarcas del sur de la Comunidad. “En referencia al proyecto que nos ocupa, estamos preparando un audiovisual con base documental y un hilo conductor de ficción", manifiesta su director Dani Alberola. Esencialmente el guion gira en torno a Iryna, una mujer –ficticia- de Ucrania que vive en El Campello y se gana la vida atendiendo a un hombre mayor con el que mantiene una entrañable amistad. Por su parte Rafael es un marinero que recuerda y añora el trabajo que vivió con pasión cuando era joven.

El protagonista del documental en su 97 cumpleaños el pasado mes de julio

Las conversaciones entre Rafael e Iryna, preocupada por la situación de su país, al tiempo que interesada en la historia y la cultura de su pueblo de adopción, se completan con la visita a los lugares emblemáticos de antaño, algunos casi irreconocibles, de la costa campellera, que le son mostrados por el anciano pescador, quien rememora la cotidianidad de la población de mediados del siglo pasado y las peculiaridades de la vida en medio de la mar y lejos del hogar.

Con este trabajo Salpassa pretende un doble objetivo: por una parte, hacer visible el drama de los refugiados, en este caso procedentes de Ucrania; al tiempo que redescubrir los parajes donde se ubicaban la industria pesquera y afines, mientras se deja constancia de la tradiciones y el léxico de nuestros esforzados hombres de mar, así como rendir un merecido reconocimiento al sacrificio de aquellos pescadores que forjaron las bases de la localidad a lo largo de casi dos siglos.

Después de un tiempo de estudiar el guion…“ara a la vellea” y practicar con su hija Pina en el domicilio, se realizó un primer ensayo en los camerinos de la Casa de Cultura, que se ha interrumpido por el cambio de la otra protagonista, que todavía está pendiente de substitución. “Igual me dan un Óscar el año que viene... y a buen seguro sería el más viejo en conseguirlo”, bromea Galvañ, con su peculiar sentido del humor.

El protagonista de la nueva obra de Salpassa avistó por vez primera el Mediterráneo un 26 de julio de 1925, en el carrer de la Mar (actual paseo marítimo), a escasos metros de la sede del antiguo Pósito de Pescadores del Campello, y desde su más tierna infancia compaginó la asistencia a la escuela con las faenas de la mar.

Una vez cumplidos los catorce años, se enroló en embarcaciones que navegaban hasta la "mar gran" (océano Atlántico) y en 1942 realizó su primer viaje a vela en el "Santa Teresa", uno de aquellos precarios "llaüts" de 12-13 metros de eslora (longitud), que pescaban el bonito en aguas de Larache y Agadir, en la costa occidental africana, sin ningún tipo de medidas de seguridad, ni de higiene y cuyas dotaciones -6 a 8 hombres- arriesgaban sus vidas, más veces de las deseadas, para conseguir portar a casa el sustento de la familia.

“Durante mi niñez y adolescencia -años 30 del pasado siglo- los conocimientos escolares se limitaban a los estudios primarios y, no obstante ese inconveniente, después de la mili conseguí los títulos de mecánico naval de segunda y primera clase, pues los técnicos ganaban tres veces más que los marineros de cubierta. Y ya que nuestra profesión era tan sacrificada y peligrosa, por lo menos que se compensara con un buen jornal”, razona el "tío Rafel".

Personaje conocido ya a mitad de los años cuarenta de la pasada centuria, por ser uno de los tripulantes inmortalizados –y el único superviviente- en una satírica "coplilla" marinera, ahora se convierte, a sus 97 años, en actor para un documental audiovisual. Rafael Galvañ sigue haciendo historia.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats