Los vecinos de Vicente Savall y las calles aledañas en San Vicente del Raspeig ya no pueden más. Reivindican poder descansar, sobre todo los fines de semana. Y llevan meses pidiendo al consistorio sanvicentero que tome medidas para poner freno a los excesos de ruidos y a los botellones que sufren, así como a la inseguridad que les está generado. En su último escrito exponen que en la zona hay una concentración de pubs, discotecas y bares que atrae a grupos que se reúnen en la calle y se quedan a las puertas de los locales, impidiendo muchas veces el poder dormir, puesto que están allí hasta altas horas de la madrugada.

Además, también están sufriendo otras consecuencias, como son las peleas constantes que se producen porque algunas personas han tomado excesivo alcohol, o simplemente porque se producen riñas entre grupos. Y afirman que a su vez, cuando algún vecino ha pedido a los congregados silencio, ha recibido malas contestaciones e incluso ha habido agresiones.

Una de las vecinas afectadas, Rosi Santacruz, advierte que los fines de semana sobre todo, tienen que sortear botellas, muchas veces los cascotes rotos y suciedad en las calles y en el propio parque. Y lamenta que también se producen agresiones contra el mobiliario urbano e incluso contra los vehículos, ejemplo de ello es la luna del coche de un residente que fue hecha añicos en una noche de fiesta.

Restos de botellón en el parque de la avenida de Vicente Savall. INFORMACIÓN

Han sido varias las peticiones que se han hecho al consistorio para que se tomen medidas. En mayo ya pidieron medidas y que se les entreguen los resultados de la sonometría en la zona que reclaman, aún no tienen a pesar de que el concejal de Seguridad, José Manuel Ferrándiz, se comprometió a facilitar. El edil también aseguraba a los vecinos que las molestias en la zona son ya mucho menores. Y justifica que los agentes acuden a las llamadas, pero muchas veces el hecho denunciado ya no se está produciendo cuando llegan.

Después de julio, tras las Hogueras de San Vicente, el problema se mitigó, sobre todo porque muchos de los locales han cerrado, pero la vuelta a la normalidad les pone en alerta. En su último escrito vuelven a exigir que se les escuche. Piden al Ayuntamiento que tome medidas contra el ruido y que limite el horario de cierre de los establecimientos a medianoche, amparándose en que se trata de una zona residencial. También solicitan que no se concedan más licencias a pubs, discotecas y similares, y para ello piden que se actualice la normativa municipal y se tengan en cuenta las normas de protección contra la contaminación acústica.

Desde el PP han llevado la reivindicación de los vecinos a los plenos. El portavoz, óscar Lillo, explica que la zona sufre un problema de ruidos, molestias y suciedad "y la última respuesta del concejal de Seguridad es que hay menos requerimientos en la zona y menos fiestas universitarias, algo evidente cuando los estudiantes en verano han terminado el curso". El edil pide que se tomen medidas debido a los continuos altercado que se producen a altas horas de la madrugada que impiden descansar a los vecinos, "así como por el lamentable estado de mantenimiento en el que se encuentra la zona”.

Los Populares conminan al equipo de gobierno a aplicar la Ordenanza de Convivencia Ciudadana que regula las infranciones de este tipo, y que permite imponer multas en estos casos.