Una visita «Real» de tres horas a El Campello

Felipe VI realiza su primera visita como jefe del Estado al municipio, donde presidirá el acto de inhumación Altamira en el cementerio y visitará el ayuntamiento para firmar en el libro de honor

L. Gil López

L. Gil López

El Campello recibe este lunes por primera vez en su historia al Rey Felipe VI. Y lo hace para un reconocimiento de una figura ilustre: Rafael Altamira. El monarca presidirá la ceremonia de inhumación de los restos mortales del jurista, literato, pedagogo y humanista y de su esposa, Pilar Redondo, ambos fallecidos en México hace décadas y repatriados hace unas semanas.

La visita del monarca será corta, apenas tres horas, en las que además del acto solemne en el cementerio de El Campello, visitará la casa consistorial, donde firmará en el libro de honor del municipio y se realizará una fotografía de familia con los ediles de la corporación, excepto con los de Compromís y EU-Podem, que ya anunciaron que no asistirían.

La llegada del Rey al aeropuerto Miguel Hernández está prevista aproximadamente a las once de la mañana. De allí, se trasladará en coche hasta el cementerio campellero para la ceremonia de inhumación.

Una vez finalizado el acto, en torno a la una de la tarde visitará el consistorio y, de allí, vuelta al aeropuerto y adiós a la provincia. En total, tres horas.

El acto institucional contará con la presencia, además del Rey, del ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, el presidente de la Diputación, Toni Pérez, el subdelegado del Gobierno, Juan Antonio Nieves, toda la corporación municipal encabezada por el alcalde de El Campello, Juanjo Berenguer, además de diputados, autoridades civiles y académicas y familiares de Altamira.

Las fuerzas y cuerpos de seguridad están coordinando todo el dispositivo, tanto Policía Nacional como autonómica y local, Guardia Civil, bomberos y emergencias.

Carpa

La ceremonia se desarrollará en la explanada de acceso al cementerio, donde se ha instalado una carpa. Allí, una amplia representación de la familia tendrá protagonismo destacado, con parlamentos de María Luz Altamira García-Tapia, nieta de Rafael Altamira desplazada desde Zamora, y el bisnieto Ignacio Ramos Altamira.

Un cuarteto de ADDA Simfònica interpretará distintas piezas. Posteriormente, los restos serán inhumados en el monumento funerario construido por el Ayuntamiento de El Campello, en un acto íntimo con presencia de los familiares del jurista y unas pocas autoridades.

La inhumación del lunes cierra un largo proceso en el que han participado el Gobierno central, Generalitat Valenciana, Diputación Provincial de Alicante y Ayuntamiento de El Campello.

Nobel de la Paz

Nacido en Alicante en 1866, Altamira fue defensor de valores universales como la democracia, el diálogo y la educación. Estuvo propuesto en dos ocasiones para el Premio Nobel de la Paz, en 1933 y en 1951, por su labor a favor del ideal humano de concordia.

En 1920 pasó a integrar la Comisión de Juristas encargada por el Consejo de la Sociedad de Naciones para crear lo que más tarde sería conocido como el Tribunal de La Haya, del que formó parte hasta 1940.

Al estallar la Guerra Civil Española en 1936, Altamira partió para Holanda, donde continuó con su trabajo de juez permanente del Tribunal de La Haya. Sin embargo, la invasión nazi de Holanda en 1940 le obligó a refugiarse en Bayona (Francia). Allí permanecerá hasta 1944, año en el que tiene que salir del país galo, de nuevo por causa del avance alemán.

Doctor honoris causa por ocho universidades de América y Europa y miembro de nueve instituciones académicas, se exilió a México en 1944. Allí, sus actividades son constantes, dicta cursos en el Colegio de México y participa en actividades del exilio republicano, hasta su fallecimiento en 1951.

Cronología

6 de diciembre de 2024

Los restos de Rafael Altamira y su posa, Pilar Redondo, son exhumados de la fosa 371 del cementerio de la Ciudad de México, en un acto solemne al que asiste el canciller del Consulado de España en México, Juan García Roig. 

9 de diciembre de 2024

Los ataúdes llegan por carretera a Alicante desde el aeropuerto de Madrid, donde habían aterrizado el día antes procedentes de México.

10 de diciembre de 2024

 El Ayuntamiento de El Campello encarga el monumento funerario que acogerá los restos mortales de Altamira y su esposa. La parcela elegida obtiene el visto bueno de la familia y los operarios del camposanto comienzan con los trabajos de preparación del terreno.

11 de diciembre de 2024

En una ceremonia íntima, con asistencia de tres de los bisnietos, se trasladan los restos mortales del matrimonio desde el tanatorio de Sant Joan hasta el cementerio municipal de El Campello. Allí, se depositan los féretros en el nicho familiar, donde permanecen mientras se construye el monumento funerario que acogerá los cuerpos de forma definitiva.

4 de febrero de 2025

El monumento funerario se termina de construir en la parte central de la primera avenida por la que se accede al cementerio municipal y a la sombra de un gran ciprés. Del frontal de la obra destaca un mural de cerámica en la que figura una imagen de Altamira con fondo de El Campello que conoció.

7 de febrero de 2025

En un acto íntimo, con presencia de tres bisnietos de Altamira, se trasladan los restos de los padres y abuelos del literato desde el nicho que ocupaban desde hace décadas en el cementerio de El Campello hasta el interior del monumento funerario.

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