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POR LA NUEVA LEGISLACIÓN Y LOS CONTROLES

El Alardo, contra las cuerdas

La Guardia Civil abrió expedientes por manipulación incorrecta de la pólvora e inspeccionó vehículos en los accesos a la ciudad

El aviso preliminar del presidente de la Asociación de San Jorge de que el acto del Alardo de alcoy podría encontrarse ante un futuro incierto no ha sido una mera elucubración, ya que los hechos lo han ido demostrando, a pesar de que la anual batalla entre Moros y Cristianos resultó tan espectacular y carente de incidentes como es habitual.

El primer Alardo bajo la nueva normativa de Armas y Explosivos ha resultado complicado, pues se ha intensificado la vigilancia de su cumplimiento, sobre todo por parte de la Guardia Civil. Si el año pasado hubo una inspección, en 2010 se ha pasado a un conctrol activo que, ya en la retirada de la pólvora, implicó una llamada de atención a dos festeros por acumulación. El sábado, en la batalla, el personal del Instituto Armado retiró seis arcabuces y seis cantimploras a un festero de la Filà Labradores, que los llevaba en un carro de supermercado, según han eplicado fuentes de la Asociación. Además, se requisaron trabucos y pólvora al capitán moro, también por acumulación en exceso, pero las armas se devolvieron temporalmente para su uso en la batalla.

Aparte, la Guardia Civil efectuó el pasado sábado, según ha podido saber este diario, un estricto control de los accesos a Alcoy, que conllevó la inspección de vehículos, bajo la sospecha de que podrían contener pólvora que habría sido adquirida de forma irregular.

Cabe significar que el sábado se quemaron en Alcoy casi 3.650 kilos de pólvora, a razón de un kilo por festero, y que la jornada se saldó con 22 atendidos por los servicios de socorro por quemaduras leves en manos y cara, como consecuencia de salpicaduras de pólvora. Ninguno requirió atención hospitalaria, en un balance que es similar al de las ediciones precedentes.

Tanto en la Asociación como en el Ayuntamiento existe plena conciencia de que "las cosas han cambiado" y que los controles se van a mantener o a intensificarse. "Tendremos que acostumbrarnos a la vigilancia de la Guardia Civil", manifestó el propio alcalde Jorge Sedano a este diario. De entrada la Asociación se planteará fórmulas que incluso pueden provocar cambios en la batalla, como por ejemplo el recorte del itinerario si no varía la limitación de explosivo a un kilo por persona; o la creación de un turno doble, por el que unos festeros dispararían por la mañana y otros, por la tarde.

El Ayuntamiento, por su parte, tiene la intención de estudiar la situación jurídica y, de acuerdo con el Casal, formalizar una nueva petición al Ministerio del Interior que permita disponer de más cantidad de pólvora, concretamente dos kilos. Esta iniciativa "ya la planteamos durante las alegaciones a la nueva ley, pero nos la desestimaron", manifestó el concejal de Fiestas Mario Santacreu. La argumentación se sustentó en que "se trata de dos actos distintos, con un descanso enmedio, por lo que volveremos a insistir, tras contactar con los servicios jurídicos". De cualquier manera, el edil reconoce que "la responsabilidad que tenemos es máxima, porque las incidencias son mínimas; en Alcoy es donde más pólvora se utiliza y con más conciencia, por lo que seguiremos trabajando para que se mantenga como está".

Javier Morales, por su parte, manifestó que "tenemos que tener las máximas precauciones y a veces se hacen cosas que no se debería", en referencia a las acumulaciones de pólvora que han provocado los expedientes. "El Alardo es modélico y la Guardia Civil está para lo que está y si vé algo que no está bien tiene que intervenir", agregó. El presidente también resaltó que "el disparo ha sido este año modélico, sin accidente alguno", mientras señaló que se seguriá trabajando para impulsar todavía más las medidas de seguridad.

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