Han tenido que pasar nada menos que quince años, quince, para que el paraje de El Molinar, de Alcoy, haya podido recuperar las tradicionales cascadas -sobre todo la primera, pequeña, utilizadas como lugar para el baño en tiempos pasados-, a consecuencia de que el manantial ha rebosado por causa de las lluvias y nevadas del último invierno.

El Molinar aporta el 75% del agua potable que se consume en Alcoy y se caracteriza por una cúpula característica; está situada justo a la entrada de la ciudad desde Alicante y se ha visto envuelta en polémica, por la construcción a muy pocos metros de la pilastra de un puente de la autovía central. Este extremo ha sido criticado duramente por el alcalde Jorge Sedano.

A principios de marzo se pudo comprobar que las reservas de agua iban viento en popa, toda vez que la balsa de la cúpula volvía a tener agua y continuaba llenándose, algo que no había ocurrido desde 1995. La subida de nivel se estaba produciendo a razón de 7 u 8 centímetros diarios, por lo que, de no cortarse la tendencia, estaba claro que iba a rebosar.

Ya ahora, en mayo, ha ocurrido. La cúpula se ha llenado por completo y ha empezado a rebosar, por lo que el excedente de agua se va al río. En su camino hasta el cauce, el agua ha permitido recuperar las históricas cascadas, la primera de pequeño tamaño, que se utilizaba antiguamente como zona de baño, y la segunda, de gran envergadura.

Esta última fue la que permitió que en el siglo XIX se instalaran en El Molinar las primeras fábricas de la Comunidad Valenciana, ya que la aprovechaban para generar energía.

El Ayuntamiento ha preparado unas jornadas de puertas abiertas para visitar El Molinar, los días 23 y 30 de mayo.