La Conselleria de Cultura va a culminar los trámites para la declaración del castillo de Castalla como Bien de Interés Cultural (BIC), mediante la incoación del expediente que fijará el entorno de protección y la normativa que pesará sobre toda la zona. La ermita de la Sang, situada a los pies de la fortaleza, es uno de los elementos que quedarán protegidos.

Mañana viernes pasará por el pleno del Consell la resolución de la Conselleria de Educación, Cultura y Deportes por la que se incoa el expediente para complementar la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del castillo y murallas de Castalla, mediante la delimitación de su entorno de protección y el establecimiento de la normativa protectora del mismo.

Fuentes de la Conselleria han informado que la incoación determinará la suspensión del otorgamiento de licencias municipales de parcelación, urbanización, construcción, demolición, actividad y cualesquiera actos de edificación que afecten al inmueble y su entorno de protección.

El castillo, situado en un cerro a 780 metros de altura, se compone de tres partes -restauradas entre los años 2003 y 2006-, que son el Palau o residencia señorial, el Patio de Armas y la Torre Grossa, con una cronología que abarca desde el siglo XI al XVI.

Aparte de las murallas, el entorno de protección también abarca otros elementos. Destaca en este sentido la ermita de la Sang, un templo situado en la parte baja de la ladera del cerro que se construyó en el siglo XIV y que hasta 1571 fue iglesia parroquial de Castalla con la advocación a Santa María.

También se hace constar en el ámbito protegido el aljibe, un depósito de agua rectangular situado también en la ladera este del cerro. De igual forma, figura la posible necrópolis del Fossar Vell, en una planicie de la ladera norte, así como los restos de un muro ubicado en la explanada de acceso al Calvario.