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Viaje subterráneo a la historia de Onil

La localidad muestra a los visitantes el recién restaurado refugio antiaéreo que guarda huellas de su papel en la Guerra Civil

El alcalde, José Ramón Francés, entrando a la galería donde se puede ver un modelo de bomba y fotografías. Los visitantes pueden conocer el refugio antiaéreo que ha sido restaurado. juani ruz

Onil ha sumado una nueva oferta a su ruta turística por la localidad. Los visitantes a la población, además de ver el Palacio del Marqués de Dos Aguas, el museo del Aceite o el de la Muñeca, también pueden conocer el refugio antiaéreo que ha sido recientemente rehabilitado gracias al magnífico trabajo realizado por alumnos del instituto La Creueta y voluntarios de la Oficina Juvenil Española (OJE), y con la colaboración del Ayuntamiento.

El resultado de esta actuación ha sido sacar a la luz las galerías que hace más de 75 años sirvieron para poder proteger a los trabajadores que construían alas y fuselaje para el avión de caza Polikarpov I-16 en una fábrica cercana y en la ermita de la Virgen de la Salud.

Y es que Onil fue uno de los municipios escogidos para ser subsede de la fabricación que empresas de Madrid estaban realizando en Alicante. A finales de 1936, surgió la necesidad de crear un campo auxiliar en un emplazamiento no muy lejano a la capital de la provincia. De ahí que escogieron la opción de construirlo en la zona de la Marjal de Onil. Un aeródromo, denominado Campo 413, que contaba con dos pistas de aterrizaje en forma de aspa y hasta 1938 funcionaba como auxiliar. A partir de ese añ0, según las citadas fuentes, el emplazamiento cobró mayor relevancia «debido a la dispersión de los talleres Rabasa por distintos puntos de la provincia para evitar los daños por bombardeo».

En el municipio colivenc, como se ha mencionado, se habilitaron dos sitios para la construcción de alas y fuselajes del avión caza Polikarpov. Pero, al mismo tiempo, también se trazó unas galerías subterráneas con el fin de proteger de los bombarderos de la Guerra Civil a los trabajadores de este sector.

Durante décadas, el refugio ha permanecido en silencio, guardando las huellas de lo que ocurrió hace más de 75 años. Pero un día, un grupo de espeleólogos de la OJE de Onil y Pabajoor, a petición del Ayuntamiento, iniciaron un ilusionante proyecto con la apertura de una tapa de alcantarilla que les ayudaría a explorar donde podría estar el acceso a estas antiguas galerías y su estado. A partir de ahí, se puso en marcha el trabajo al que se sumaron los integrantes del Taller de Cultura Popular de cuarto de ESO del instituto La Creueta además de los voluntarios de la OJE que fueron vaciando la tierra acumulada en los túneles y devolviendo el aspecto original al refugio. Un trabajo en equipo que estuvo coordinado de manera conjunta por el director del instituto, José Toro, un miembro de la OJE, Vicente Pardines y el historiador Juan Arráez. Asimismo, el Consistorio colivenc colaboró con la aportación del material necesario y subvencionó la reconstrucción de la entrada.

La actividad llevada a cabo ya tiene sus frutos y ahora el refugio luce resplandeciente. Los visitantes pueden sumergirse en este espacio en el que se pueden ver fotografías de la época además de un modelo de bomba de la guerra.

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