La tradición volvió a reunir ayer a multitud de contestanos y contestanas en torno a la ermita de Santa Bárbara. El singular paraje sirvió de escenario a los vecinos de esta localidad de la comarca de El Comtat para disfrutar de una soleada jornada de hermandad en la que no pudo faltar el popular desayuno a base de pan redondo y longaniza roja.

El origen de la celebración de la «Corriola» es incierto. Sin embargo, cada 8 de diciembre la gran mayoría de contestanos y contestanas suben en romería a la ermita de Santa Bárbara desde el casco urbano.

Allí disfrutan de la música tradicional de la mano del grupo de «dolçainers i tabaleters» Mal Passet y del popular desayuno compuesto por pan redondo y longaniza roja. Los músicos, además, son los encargados de despertar a los vecinos de Cocentaina para iniciar el recorrido.

Como no podía ser de otro modo, ayer el paraje volvió a reunir a multitud de personas, llenando la totalidad de las mesas de madera. Entre mordisco y mordisco hubo tiempo para entonar tradicionales canciones, para las risas y, sobre todo, para disfrutar de la compañía y el buen tiempo.

La ermita, como cada año, permaneció abierta para que los más pequeños -y algún que otro mayor- hiciesen sonar la campana. Además, los niños y niñas pudieron disfrutar de diferentes actividades organizadas por los dos grupos de juniors, que instalaron una especie de «fireta». Como novedad, los talleres infantiles estuvieron enfocados a todas las edades y pudieron participar todos los asistentes.

La alcaldesa, Mireia Estepa, aseguró que «es una bonita celebración, a la vez que antiquísima»., así como que «intentaremos averiguar de dónde procede, ya que hay dos versiones contradictorias y sería interesante conocer cuál es la que se ajusta a la realidad».

La misa de campaña, la cual empezó sobre las 12 horas, puso el punto y final a una agradable mañana marcada por el buen ambiente entre vecinos, reunidos, un año más, por la tradición y la gastronomía contestana.