Las lluvias han arruinado el inicio de una campaña de cerezas que en la provincia de Alicante se presentaba con unas excelentes perspectivas. Las precipitaciones registradas la semana pasada han reducido la cosecha un 30%, afectando además a las variedades más tempranas, que son las que iban a disfrutar de los mejores precios en los mercados. El sector calcula unas pérdidas cercanas a los cinco millones de euros.
Se las prometían felices los productores de cerezas de la provincia tras la larga travesía en el desierto que había supuesto la sequía de los años anteriores. Tal y como informaba este diario, las previsiones de cosecha se situaban alrededor de los tres millones de kilos, lo que suponía alcanzar la mayor producción de los últimos seis años. Las generosas lluvias del invierno habían sacado a los árboles de una situación crítica, y eso se iba a poner de manifiesto en el volumen de fruta.
Sin embargo, y paradójicamente, las precipitaciones que en meses pasados había resultado decisivas para obtener una buena cosecha, han resultado ahora nefastas en el inicio de la campaña. La cereza es una fruta extremadamente sensible a la lluvia, toda vez que cuando está a punto de alcanzar la maduración la agrieta y la hace inservible para su comercialización.
Y eso es justo lo que ha pasado, toda vez que cuando apenas se llevaba una semana de recolección, las precipitaciones aparecieron para frustrar gran parte de las perspectivas que tenían los agricultores.
El presidente de la Denominación de Origen Montaña de Alicante, Hilario Calabuig, manifestaba que «se nos ha ido alrededor del 30% de la cosecha, y además la más valiosa, toda vez que estamos hablando de las variedades más tempranas, que son justo las que disfrutan de mejores precios en los mercados».
Y es que las cerezas de la provincia estaban este año más adelantadas respecto a otras zonas competidoras como el Valle del Jerte, lo que iba a elevar su cotización. «El descenso en cuanto a producción es del 30%, pero a nivel de rentabilidad económica alcanza casi el 50%», lamentaba.
Las áreas más afectadas son las de las Marinas y El Comtat, mientras que han corrido algo de mejor suerte las de l'Alcoià y Villena, que son más tardías.
Calabuig dijo que los agricultores asegurados «al menos podrán recuperar los gastos de producción», aunque enfatizó que el descenso en la cosecha repercutirá en el empleo de recolectores y empresas agroalimentarias.
