Un estudio elaborado por la Universidad Miguel Hernández (UMH), concretamente el Grup d'Edafologia Ambiental, sobre el área quemada en el incendio de Mariola de 2012, entre los términos de Cocentaina y Alcoy, ha concluido que los suelos que mantienen la madera quemada están resistiendo mejor la erosión que los que ya no la tienen, en tanto destaca los buenos resultados de los puntos en que se colocó una cobertura de paja.

La zona de Serelles, en Mariola, fue escenario de un pavoroso incendio el 12 de julio de 2012, que acabó quemando 541 hectáreas de monte de alto valor ecológico, en pleno parque natural, entre los términos de Cocentaina y Alcoy. La UMH, según explicó ayer el Ayuntamiento de Alcoy, a través del edil de Medio Ambiente Jordi Tormo, sigue trabajando para «conocer las consecuencias del fuego» y en esta línea destacó «los trabajos para conocer la evolución de las parcelas afectadas por el incendio».

La UMH ha asumido las labores de estudio de impacto del fuego y de los tratamientos posteriores y acaba de presentar el segundo informe. El equipo de investigación dirigido por Jorge Mataix-Solera ha tomado muestras de forma periódica de las áreas afectadas «para valorar el impacto del fuego sobre los suelos en las zonas más sensibles y ver la evolución de los mismos en las zonas más sensibles», constatando además la evolución de los distintos tratamientos. El trabajo comenzó en diciembre de 2012 y se prolongará hasta diciembre de 2014.

Los trabajos, señala Jordi Tormo, se han centrado en 9 parcelas en las que se han captado 27 muestras en cada ocasión. Los datos preliminares indican que las parcelas quemadas donde se aplicó la extracción «presentan una degradación de la estructura del suelo» que «también ha afectado a su microbiología, fundamental para su correcto funcionamiento». Por ello, el informe resalta que existe «una disminución a la resistencia en los procesos erosionantes, con el problema que supone al quedar el suelo desprotegido». Hay que significar que la abundancia de las especies detectadas es la misma -quince en cada caso-, pero su abundancia es distinta: más del triple en las que han conservado la madera.

Por ello, el informe «desaconseja» la retirada de las maderas quemadas «en suelos tan vulnerables» como son los del área de Serelles en el parque natural de Mariola.

La labor del equipo de la UMH se ha centrado igualmente en las parcelas que fueron objeto de un recubrimiento para, para protegerlas. En este caso, «muestran un ligero incremento en agregados estables y un mantenimiento de los nitrógenos, biomasa, fósforos y materia orgánica», con una mejora de la estructura del suelo tras el incendio, lo que refuerza «su protección frente a la erosión».

Ante los datos obtenidos hasta la fecha, que Jordi Tormo recuerda son provisionales, la UMH señala que «las altas dosis de cobertura de paja son las más efectivas en cuanto a la protección y recuperación del suelo, por lo que recomendamos esta actuación como herramienta de protección de la zonas más sensibles del estudio», en tanto indirectamente se descarta retirar las maderas.