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Alcoy

El calvario de la mujer en las Fiestas

Tras siglos de Moros y Cristianos masculinos, la incorporación femenina se consuma poco a poco

El calvario de la mujer en las Fiestas

El 19 de abril de 1979 acabó la cena anual de la Asociación de San Jorge y los participantes salieron a la calle San Nicolás para la «entraeta» o desfile nocturno reglamentario. Concha Martínez y María Julia Miró, que ese mismo día habían tomado posesión como concejalas de la primera Corporación democrática, intentaron sumarse, pero el primer tro de la Llana, José Luis Córcoles, lo impidió. «La Fiesta es para los hombres», dijo. No era una actuación aislada, sino una tradición desde el siglo XVIII, cuando se configuraron las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy en su esquema más o menos actual.

Esta semana se ha roto una barrera con el nombramiento de la periodista Xesca Lloria como directiva de la Asociación de San Jorge, en su calidad de Cronista de Fiestas; pero el 19 de junio se había superado otra, con la aprobación del atuendo femenino de la Filà Chano: las 28 entidades festeras ya lo tienen refrendado. Y el año pasado, el día de San Jorge, otra más, y muy grande, con la salida a la calle de una doble escuadra femenina de la Filà Marrakesch en la Segunda Dianadoble escuadra femenina. Precisamente, esta filà puede dar la campanada en 2015 si, finalmente, se confirma una escuadra femenina en la Entrada Mora o en la Primera Diana: les toca elegir a las chicas y ellas decidirán lo que crean conveniente.

Sin embargo, no es un camino de rosas; más bien un auténtico calvario en la mayoría de los casos. Estas son las caras positivas, pero Fonèvol, una asociación que lucha desde 2003 por defender los derechos de las mujeres en las Fiestas y contra la discriminación, señalaba anteayer los «efectos perversos» del traje femenino. «En todas las filaes, excepto en un par, tienes que pasar por la vergüenza de que tu marido te dé permiso para usarlo», apunta, en lo que va a la línea de flotación de la «cuestión femenina»: la mayoría de entidades permiten el uso a las «esposas» o «hijas» de festeros, que en consecuencia no tienen derechos consolidados por sí mismas.

Volviendo a la «entraeta», las concejalas no lo lograron, ni ninguna mujer hasta el «Mig Any» de 1997, cuando Nuria Martínez pudo hacerlo como festera de pleno derecho de la filà Alcodianos. Al año siguiente desfilaría en la Entrada Cristiana, como ha venido haciendo desde entonces de manera regular; sin embargo, no ha podido integrarse en la escuadra o ser cabo porque no tiene diez compañeras para configurarla. Esto es consecuencia de que el 18 de noviembre de 2004 la Asociación vetó las escuadras mixtas, el mismo día en que acordó implantar los trajes femeninos. Diez años después, sólo se han visto formaciones de mujeres en la Segunda Diana.

Antes de esta normativa, hubo un lío muy gordo, con la Filà Navarros: en 2002 le tocaba escuadra a una festera, Herminia Blanquer, pero sus compañeros varones votaron pocos días antes prohibir las formaciones mixtas. Hasta el entonces alcalde Miguel Peralta -entusiasta defensor de la línea de la Asociación de San Jorge, como su sucesor Jorge Sedano- le agradeció su comportamiento, en clara referencia a que un recurso judicial habría conllevado gravísimos problemas, pues se corría el riesgo de una suspensión cautelar del acuerdo de la asamblea, con consecuencias imprevisibles.

Los Navarros volvieron a ser protagonistas dos años después, a las 48 horas de aprobarse la normativa para integrar a la mujer: su asamblea votó la incorporación de 30 hombres y vetó la de tres mujeres. Las afectadas recurrieron y la Audiencia Provincial acabó dándoles la razón, en una demoledora sentencia que anuló el acuerdo de la asamblea y que apuntaba que no podía incorporarlas a la filà porque no lo habían pedido en la demanda. Tres años después, las afectadas decidieron dejarlo correr, hartas de conflictos y debates.

Desde entonces, ha habido sobresaltos por rechazos de ingresos en filaes a mujeres o niñas, mientras desde la Asociación se ha seguido insistiendo en que se está trabajando para incorporar a la mujer de forma progresiva. Esto ha permitido que haya habido mujeres que hayan llevado el guión de filaes en las Entradas o que incluso participen en el Alardo, disparando como un festero más. Por supuesto, hay otras que prefieren participar en boatos o ballets o, simplemente, presenciar las Fiestas, sin tener una protagonismo activo.

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