Los bomberos tuvieron que actuar ayer de urgencia en la iglesia de Alfafara para retirar varias higueras que habían crecido en el campanario y en una torre. La construcción data del siglo XVIII y, según fuentes del Consorcio Provincial de Bomberos, la presión que ejercían las raíces podía provocar la caída de piedras.

Hace apenas quince días, el Ayuntamiento de Alfafara comunicó a la Diputación de Alicante y al Consorcio Provincial de Bomberos la existencia de varias higueras en el campanario y en una torre de la iglesia. Según explicó ayer la alcaldesa, Raquel Vicedo, alertaron de que las raíces estaban empujando las piedras y existía peligro de que se produjesen desprendimientos. «Estamos muy contentos porque la respuesta ha sido muy rápida», recalcó.

Desde el Consorcio, asimismo, explicaron que tan pronto tuvieron conocimiento de dicha situación, el jefe del grupo de rescate, Salvador Luque, se desplazó a la población para conocer dónde habían crecido los árboles y determinar cómo actuar.

Finalmente, Luque y otros dos bomberos acudieron ayer a esta población de la Sierra de Mariola con un autoescalera con el que pueden llegar hasta una altura de 30 metros, a fin de retirar las higueras y sanear la zona de la fachada que se encontraba dañada. Estuvieron trabajando un par de horas y durante ese tiempo, además, limpiaron de hierbas las juntas de las piedras. «Han estado muy minuciosos para no dejar nada», enfatizaban.

La actuación congregó en la plaza a numerosos vecinos que, atraídos por el amplio despliegue, no quisieron perderse ningún detalle. La alcaldesa, que también estuvo presente, explicó que era la primera vez que los bomberos acudían al pueblo para tal fin, pero que, no obstante, ya habían crecido hierbas e higueras en lo alto del campanar en otra ocasión, pero «se aprovechó cuando colocaron la campana, después de arreglarla, para subir y sanear las piedras».

Desde el Consorcio dejaron constancia de que sólo acuden a este tipo de avisos cuando supone un riesgo, en este caso, por el desprendimiento de piedras. En cuanto a la iglesia, recordaron que data del siglo XVIII y que ahora, una vez eliminado el peligro, queda en manos del Ayuntamiento la posibilidad de restaurar la construcción o adoptar medidas para evitar que no vulevan a crecer plantas.