Alejandro Marín, un atleta paralímpico de Petrer campeón de España en salto de longitud, se ha fabricado su propia prótesis de uso diario en el Campus de Alcoy de la Universidad Politécnica de València (UPV), donde ha estudiado Ingenieria Mecánica.

Marín sufrió un accidente de tráfico en su localidad natal a los 14 años, por lo que le tuvieron que amputar el pie derecho. Sumido en una profunda depresión, pasó cuatro años postrado en la cama, hasta que decidió darle un cambio radical a su vida. Nada menos que se reampuitó la pierna 15 metros por debajo de la rodilla para llevar una mejor calidad de vida y poder dedicarse al deporte.

A los 19 años eligió el Campus de Alcoy de la UPV para cursar estudios de Ingeniería Mecánica, lo que le sirvió para diseñar y fabricar en las propias instalaciones universitarias su prótesis de uso diario.

En su situación actual, Alejandro asegura que ahora mismo no necesita trabajar. "Me bastaría con ser atleta paralímpico, pero mi objetivo es ayudar a las personas que, por desgracia, puedan verse en una situación como la mía y evitar que, en la medida de lo posible, sufran cuatro años como los que yo pasé ".

Campeón de España

En la actualidad, Marín realiza sus prácticas en el Instituto Tecnológico del Calzado (INESCOP), ubicado en Elda (Alicante). Compagina sus estudios y prácticas con un exigente entrenamiento deportivo. Y es que, meses después de comenzar a ejercitarse en las instalaciones deportivas del campus, recibió la llamada del comité paralímpico para realizar unas pruebas. Y lo invitaron a la concentración del equipo paralímpico español previa a los mundiales de atletismo de Londres 2017 para que conociera el ambiente de la alta competición.

En julio de 2018, se convirtió en campeón de España en la modalidad de salto de longitud y subcampeón en los 100 metros lisos en Atletismo Adaptado. Ahora, su próximo objetivo es participar en la modalidad de relevos con la selección española y conseguir las marcas mínimas en los 100 y 200 metros lisos para el Mundial de Atletismo Paralímpico de Dubái en septiembre de 2019.

Incluso, Alejandro Marín, que empezó a practicar snowboard años después de su accidente, podría convertirse en uno de los pocos atletas paralímpicos que compitan en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 y Pekín 2022, ya que no existe ninguna norma que impida estar en las federaciones de deportes de invierno y verano. Como el propio Alejandro afirma, "soy la suma de los 'no puedes' que me han dicho desde los 14 años".